Dormir en pareja y salud mental

Compartir cama con la pareja es un acto habitual entre lo adultos, que expande los vínculos relacionales de la vigilia al sueño. Hoy en día sabemos que mejorar las relaciones de pareja también ayuda a mejorar diversos factores de la salud mental (1) y el sueño ayuda a mediar en esta relación.

Insomnio y salud mental

La falta de sueño repercute negativamente en la salud mental (2):

Genera cambios emocionales.
Problemas de memoria.
Problemas de atención.
Problemas sexuales.
Pérdida de energía vital.
Alucinaciones en casos extremos.
Aumenta la probabilidad de padecer Alzheimer.

El sueño social

Existen diversas investigaciones con resultados heterogéneos sobre la neurofisiología del “sueño social”, es decir, en pareja. Un reciente estudio (3) ha pretendido esclarecer los datos al respecto, investigando si las parejas duermen mejor, peor o diferente cuando comparten cama o cuando duermen por separado. Es interesante estudiar si existe sincronía interpersonal durante el sueño, puesto que la sincronía interpersonal durante la vigilia está relacionada con diversas variables, todas relacionadas con la salud mental (4):

Aumento del comportamiento prosocial.
Vínculo social percibido.
La cognición social.
Emociones positivas.

Los resultados que se obtuvieron fueron:

En el sueño compartido las parejas tuvieron porcentajes más altos de sueño REM que durmiendo por separado.
El sueño REM en pareja estaba menos fragmentado que durmiendo por separado, lo que producía lapsos continuados de sueño REM más largos y sin perturbaciones.
Aumento de la sincronía en pareja.

El sueño REM está relacionado con la reducción del estrés y el equilibrio de la reactividad de la amígdala (que relacionada con el miedo). Además, la fragmentación del sueño REM se relaciona también con el insomnio, que es un factor de riesgo para diferentes psicopatologías. Hoy sabemos, por ejemplo, que el insomnio duplica el riesgo de depresión (5). La estabilización del sueño REM producido gracias a dormir en pareja podría pues moderar algunas asociaciones respecto a problemas de salud mental.

Por otro lado, el sueño REM también está relacionado con funciones como la sociabilidad, por lo que su influencia se retroalimenta: por un lado dormir en pareja mejora y estabiliza el sueño REM, y por otro el sueño REM mejora nuestra capacidad de interactuar socialmente, lo que también beneficiaría a la pareja.

Sueño y apego

Los seres humanos aprenden a confiar en sí mismos y en los demás conectándose emocionalmente de maneras consistentes. Éstas maneras se conocen como «estilos de apego» y son patrones relativamente estables de interacción interpersonal. Cada uno de los diferentes estilos de apego está asociado con una mayor o menor vulnerabilidad respecto a los diferentes riesgos para la salud.

El apego en las relaciones de pareja tiene la capacidad de corregular los sistemas biológicos humanos, y esto incluye también el sueño cuando se comparte cama. Un estudio (6), examina cómo entender el sueño en pareja puede mejorar nuestra comprensión de los mecanismos por los cuales tanto el sueño como las relaciones conducen a ciertos resultados de salud a largo plazo. Demuestra que algunas características de la pareja, como la seguridad de la relación (es decir, el estilo de apego) y la satisfacción conyugal, influyen en el sueño a nivel individual, por lo que debe tenerse en cuenta al estudiar el sueño en un contexto diádico.

También las parejas tienen patrones de sueño-vigilia similares durante la noche. La concordancia del sueño (es decir, el porcentaje de tiempo que en la pareja están ambos despiertos o ambos dormidos simultáneamente), da información de las características del sueño. Las parejas menos ajustadas tienen más conflicto en su relación y suelen tener horarios diferentes para acostarse.

Otro estudio (7) también informa que la calidad subjetiva del sueño es mayor cuanta más seguridad haya en el vínculo de apego.