Podríamos decir que el miedo a volar, también conocido como aerofobia, es un miedo “de especie”. El ser humano no está preparado biológicamente para volar, como otras especies del planeta. Fue gracias a la innovación tecnológica que conquistamos progresivamente otro medio para el que a priori no estamos diseñados.
A pesar de que el avión es de los medios de trasporte más seguros y las probabilidades de accidente son muy bajas (1 entre 2,4 millones), las cifras de prevalencia de la aerofobia son muy elevadas: 1 de cada 4 personas tiene miedo a volar y se convierte en un miedo incapacitante para el 10% de la población (no pudiendo embarcar en un avión). Afecta a mujeres y hombres por igual y puede aparecer a cualquier edad, pero supone realmente un problema para las personas que necesitan volar por motivos laborales.
La aerofobia puede agravarse por otras problemáticas, como la claustrofobia (miedo a los espacios cerrados) o la acrofobia (miedo a las alturas). Las situaciones de estrés también pueden ampliar el problema.
Los síntomas de la aerofobia son:
- Fisiológicos: Taquicardia, hiperventilación, sudoración, temblores, presión en el pecho, mareos, problemas gástricos, sequedad de boca, etc.
- Cognitivos: Pensamientos catastróficos recurrentes, sensación de pérdida del control, miedo anticipatorio a sufrir un ataque de pánico en el avión o a tener un accidente…
- Conductuales: Evitación (negarse a volar), deseo irrefrenable de escapar en la situación temida, etc.
Las causas del miedo a volar son dispares. Puede originarse el problema por haber vivido una experiencia aérea traumática (grandes turbulencias, aterrizaje de emergencia, problemas técnicos durante un vuelo…), pero también sin haberla vivido, por alguna noticia en los medios de comunicación o escuchar la historia de algún conocido. Algunas características de personalidad también tienen que ver con la predisposición al problema: necesidad de control, tendencia a la imaginación, rigidez, pensamiento obsesivo y baja tolerancia a la frustración.
¿Cómo tratamos el problema?
- Aumenta tu conocimiento en aeronáutica para que tu imaginación no se ponga en lo peor. Infórmate de cómo y por qué vuelan los aviones y medidas de seguridad. Céntrate en cuál es tu mayor miedo e investiga al respecto (turbulencias, tipos de nubes, problemas técnicos posibles, etc).
- Reajusta tus creencias (p.ej. sobreestimar el riesgo, imposibilidad de ceder el control, etc).
- Haz una graduación de las experiencias que más te angustian, de menos a más y vívelas en la imaginación de manera progresiva.
- Normaliza la aviación: dedica 5 minutos al día a ver el tráfico aéreo en tiempo real en flightradar24.com
- Exponte al problema de manera progresiva, simula en los días previos situaciones relativas a volar. P.ej. haz el trayecto al aeropuerto y vuelve a casa, deja una maleta en el recibidor para poder verla con regularidad, observa aterrizajes y despegues (tanto en vídeos por internet como en los puntos de spotting en los aledaños del aeropuerto (si pones en Google “spotting” y el nombre de tu aeropuerto, suelen haber especificados los puntos donde mejor pueden visualizarse las pistas de vuelo).
- Entrena recursos de relajación y respiración, te pueden ser realmente útiles durante el vuelo y también en los días previos.
- Busca recursos de realidad virtual. Existen simuladores de vuelo muy realistas con diferentes grados de intensidad.
- Haz un vuelo “bautizo” breve en avioneta para empezar a tener sensaciones aéreas. Si no es posible, empieza por vuelos cortos y ves aumentando el tiempo de vuelo.
- Prepara el viaje con anticipación. Haz la maleta sin prisas, llega al aeropuerto con tiempo, evita bebidas excitantes o alcohol el día del vuelo y el anterior, come ligero, utiliza ropa cómoda y con diferentes capas que te puedas poner y quitar si tienes frío o calor…
- Durante el vuelo, delega en la tripulación el control de la situación, son profesionales altamente cualificados, no intentes controlar variables que escapan a tu control (p.ej. estando pendiente de ruidos raros, la expresión de la azafata, etc). Utiliza distracciones durante el vuelo (lectura, música, películas, videojuegos o dormir si es posible…).
- Evita ver noticias sensacionalistas de los medios de comunicación.
- Confía en tus capacidades. Volar es posible con el entrenamiento adecuado. Si la situación te supera, consulta con un psicoterapeuta.