Teatro, fútbol, pintura, inglés, judo… Las actividades extraescolares pueden convertirse en un quebradero de cabeza no sólo para los niños sino también para los padres. Existen beneficios y también desventajas, pero ¿cómo encontrar el equilibrio? Veamos más a fondo qué implican:
Pros:
- Ayudan al niño a desarrollar competencias y pasiones, no sólo en la infancia sino en el resto de la vida.
- Potencian la motivación, el sentido de autoeficacia y el desarrollo de la identidad.
- Al ampliar los focos de interés, reforzamos en el niño la flexibilidad y la curiosidad, el sentido exploratorio.
- Crean estructura, lo que ayuda al niño a estar enfocado y bien orientado.
- Promueven la sociabilidad.
- El gasto de energía que producen, ayuda al niño a relajarse cuando llega a casa, sobre todo si son actividades físicas.
- En preadolescentes pueden ser un protector de conductas de riesgo (como p.ej. abuso de sustancias), cuyos momentos más probables son justo al terminar las clases.
Contras:
- Pueden producir agotamiento, sobre todo si son excesivas o muy exigentes.
- Invaden el tiempo libre del niño.
- “Quien mucho abarca poco aprieta”: diversificar demasiado los focos de interés pueden hacerlos poco hábiles en todos los ámbitos.
- Si la lista de actividades extraescolares es demasiado amplia, puede generar frustración tener que abandonar algunas simplemente porque no se llega.
Se considera que las actividades extraescolares son demasiadas cuando interfieren en la vida del niño:
- No puede dormir suficiente.
- No puede relacionarse con amigos.
- Trastoca el orden familiar.
No es un tema de cuántas actividades extraescolares son demasiadas. A veces, una sola puede ser demasiado exigente o implicar un compromiso excesivo. Cada niño tiene unas necesidades y un nivel energético diferente al que nos tenemos que adaptar. Siempre es posible ampliar o reducir actividades hasta encontrar el equilibrio.
También es importante que el niño tenga tiempo libre independiente donde pueda simplemente acceder a sus recursos internos y pensar por sí mismo sin la necesidad específica de ser productivo.