Cuando hablamos de fibromialgia, hablamos de una enfermedad no sólo incomprendida sino también controvertida. ¿Cómo se puede mejorar la calidad de vida de quien la padece?
¿Qué es?
La fibromialgia (FM) se define por una historia de dolor musculoesquelético generalizado de más de 3 meses de duración, junto con dolor a la palpación en al menos 11 de 18 puntos dolorosos preestablecidos. Los síntomas principales son:
- Dolor musculo-esquelético.
- Fatiga.
- Alteraciones del sueño.
- Cefaleas.
- Parestesias.
- Rigidez.
- Depresión.
- Ansiedad.
- Déficits atencionales.
- Problemas de memoria.
- Síndrome de colon irritable.
Una de las explicaciones más aceptadas sobre la FM, es la alteración de los mecanismos neurofisiológicos de procesamiento del dolor, siendo mucho más sensibles a la hora de percibirlo.
¿A quién afecta?
La fibromialgia es una patología frecuente, en España afecta al 2.4% de la población adulta. Nueve de cada diez personas que la sufren son mujeres.
Los síntomas comienzan habitualmente tras un evento significativo:
- Traumatismo físico.
- Cirugía.
- Infección.
- Estrés psicológico significativo.
También pueden ir acumulándose síntomas de forma progresiva sin un desencadenante específico, aunque es algo mucho más infrecuente.
Se presenta principalmente de los 30 a los 50 años y después disminuye lentamente.
¿Cómo afecta?
Es importante enfocar la fibromialgia desde un punto de vista multidimensional ya que impacta sobre diferentes áreas:
- FUNCIONAL: Reducción de actividad física, interrupción de la actividad laboral o educativa, rol doméstico, autocuidado.
- EMOCIONAL: Miedo, ansiedad, depresión, sentimientos de soledad, culpabilidad, rabia, indefensión…
- SOCIAL: Relaciones sociales, hobbies, relación de pareja y familiar.
- COGNITIVO: Problemas de atención, memoria, concentración, desorganización mental…
- CONDUCTUAL: Conductas de dolor, abuso de medicación y de visitas médicas.
El por qué de la controversia
La fibromialgia es una patología controvertida, ya que no existen pruebas diagnósticas objetivas (analíticas, pruebas de imagen, etc.) que la respalden, el diagnóstico es exclusivamente clínico. Esto hace que a menudo, se llegue a un diagnóstico en firme después de años de visitas médicas sin resultados concluyentes, lo que hace que el paciente se sienta estancado y en ocasiones hasta desesperado, al no encontrar definición de lo que le pasa ni por ende, tratamiento.
Está demostrado que el mejor tratamiento de la fibromialgia es la combinación de tres tipos de intervenciones: farmacológica, física (ejercicio) y psicológica. Esto se debe a que el dolor es una experiencia bio-psico-social, y por tanto debemos atender todas sus vertientes para poder combatirlo.
La evidencia que señala la importancia de la psicoterapia es muy extensa y está avalada por diversas investigaciones. Se han identificado perfiles de riesgo para el agravamiento del problema (tendencia al catastrofismo, el miedo al dolor y su evitación, baja autoeficacia…), y se han identificado grupos de personas que, aun compartiendo el mismo diagnóstico, presentan diferencias en el grado de afectación debido a variables psicológicas. Sin embargo, son pocos los pacientes que consultan a un psicoterapeuta. Esta falta de atención en un aspecto tan importante no hace sino cronificar la enfermedad y agravarla.
El tratamiento psicológico
- El hecho de que el dolor esté modulado por el factor psicológico, no significa que este dolor sea inventado ni que no sea real. Significa que hay variables psicoemocionales que lo condicionan y que por tanto deben implementarse intervenciones específicas para poder mejorar el estado global de la enfermedad.
- Aprender nuevas estrategias de afrontamiento (p.ej. técnicas para desviar la atención del dolor, mantener la actividad a pesar del dolor, reorganizar los tiempos de actividad-reposo, etc).
- Analizar la historia previa al problema (dinámica familiar y desarrollo evolutivo) y qué significados se atribuyen al dolor.
- Comprender y ajustar las creencias disfuncionales asociadas al dolor y la enfermedad.
- Reducción de factores estresógenos en la actualidad: el entrenamiento en resolución de problemas puede ser determinante para modificar patrones disfuncionales del día a día que hacen que se mantenga o agrave la enfermedad.
- Entrenamiento en asertividad. Aprender a entender las propias necesidades y hacerlas valer en combinación con las de los demás es fundamental para el tratamiento.
- Meditación, mindfulness, yoga, estrategias de relajación. Aprender a calmar la mente es un requisito para calmar el cuerpo.
- Trabajar la capacidad de autoeficacia y la autoestima tiene una repercusión directa en el estado físico.
- Desarrollar una sólida red social de contención y expresión es necesario, por eso en el tratamiento de la fibromialgia es particularmente interesante la terapia de grupo.