Los niños y niñas transgénero son aquellos cuyo sexo al nacer no se corresponde al género con el que se identifican, es decir, sus órganos reproductores no se corresponden con su vivencia identitaria. La sexualidad tiene tres componentes:
- Sexo: Es el componente biológico, la asignación anatomo-fisiológica con la que nacemos. Puede ser masculino, femenino o intersexual (los mal llamados “hermafroditas”).
- Género: Es el componente psicológico, lo que la persona siente que es o cómo interpreta su yo, independientemente de su genitalidad. Puede ser masculino, femenino o genderqueer.
- Expresión. Es el componente social, la manera en la que se manifiesta en la cultura, actitudes, valores, indumentaria, manierismos…
Lo contrario de transgénero es cisgénero, es decir, personas en las que el sexo y el género estánen consonancia. La identidad sexual no tiene nada que ver con la orientación sexual. Tanto los niños cisgénero como los transgénero pueden sentirse atraídos por niños o por niñas, siendo pues homosexuales, heterosexuales, pansexuales, etc.
La identidad sexual se forma a una edad muy temprana, entre los 2 y los 4 años. Se forma en diversas etapas:
- Se empieza a tomar conciencia de las diferencias físicas entre los niños y las niñas.
- Se siente más similar a un sexo determinado.
- Se crea la identidad de género.
Algunas señales para identificarlo son: que nuestro hijo o hija verbaliza claramente que no es un niño sino una niña (o viceversa), pide usar ropa o peinados típicos del otro género, pide que le llamen de con un nombre de género opuesto o apodo, suele tener más amigos del género con el que se identifica o busca juegos típicos del género que imita, etc. Este tipo de manifestaciones no siempre se mantienen en el tiempo, a veces pueden cambiar con la maduración sexual.
Cuando la disonancia entre sexo y género produce un malestar significativo, en psicología lo llamamos “disforia de género”. Algunas formas de proceder de los padres para aminorar este malestar serían:
- Aborda el tema con naturalidad, permite que el niño se exprese y ofrécete a responder todo lo que necesite saber. Que éste no sea un tema tabú.
- Muéstrale apoyo incondicional y respeto por la decisión que tome.
- Información es poder. Recopila información y asesórate para poder asesorarle.
- Normaliza y naturaliza la situación.
- Mantén una coordinación estrecha con la escuela, para ver cómo evoluciona cuando no estás presente.
Ofrécele apoyo psicológico profesional si se siente sobrepasado