Los mecanismos de defensa son uno de los conceptos más importantes del psicoanálisis de Sigmund Freud. Son herramientas inconscientes que dispone la mente humana para protegerse de situaciones emocionalmente intensas y así poder seguir funcionando normalmente. Si bien su uso es habitual en nuestro día a día, utilizados in extremis pueden generar problemas psicoemocionales y psicopatología.
Veamos algunos de los principales:
- Represión: Consiste en borrar recuerdos o pensamientos que serían dolorosos si estuvieran en el plano consciente.
- Regresión: Adoptar conductas y funcionamientos propios de la infancia para eludir un conflicto o manifestar inconscientemente el malestar. P.ej. volver a hacerse pipí en la cama un niño tras el nacimiento de un hermano menor.
- Proyección: Consiste en atribuir los pensamientos o sentimientos propios e inaceptables a otra persona. P.ej. si me es inaceptable odiar a una persona en concreto, empiezo a pensar que es ella quien me odia a mí.
- Introyección: Se atribuyen como propios comportamientos o actos en los que en realidad no tienen que ver con uno mismo. P.ej. en el proceso de duelo pueden adoptarse formas de ser del fallecido.
- Formación reactiva: Modificar una emoción o impulso por su contrario, p.ej. el odio en amor, la envidia en gratitud.
- Sublimación: Canalizar impulsos indeseables en conductas aceptables socialmente. P.ej. el pirómano que se convierte en bombero.
- Desplazamiento: Redireccionar las emociones indeseables de un objeto a otro. P.ej. Me enfado con mi jefe y golpeo una almohada.
- Racionalización: Justificar ciertos hechos para no entrar en conflicto con ellos. P.ej. después de que mi pareja me abandone, pensar “supe desde el principio que esa persona no me convenía”.
- Negación: Se bloquean ciertos eventos para que no pertenezcan a la conciencia y así deshacer un conflicto o dilema interno. P.ej. un fumador cuando niega los efectos nocivos del tabaco.
- Disociación: Escisión de la conciencia para no sufrir vivencias que sean incongruentes con la realidad. Se crea una representación diferente de uno mismo para desconectar de la experiencia. P.ej. desconectarse de uno mismo en un episodio de abuso sexual.
Reflexionar sobre cuáles son los mecanismos de defensa que utilizamos más habitualmente, puede ayudar a comprendernos mejor a nosotros mismos y evitar problemas recurrentes en nuestro día a día.