Según el conocido episodio bíblico, el rey Salomón, ante la pugna entre dos mujeres que reclamaban la maternidad de un niño, decidió partirlo por la mitad para solucionar equitativamente el problema. Una ellas se negó y cedió el niño a la otra, lo que permitió al rey saber que ésa era la verdadera madre y así clarificar el dilema.
¿Cómo resuena esta historia en el mundo actual?
¿SAP o PAF?
El Síndrome de Alienación Parental (SAP) fue propuesto a nivel teórico por primera vez en los años ochenta, pero se hadifundido socialmente en lo que llevamos de siglo. Es una alteración familiar que se produce cuando tras una ruptura conyugal conflictiva, los padres se enzarzan en una batalla por la posesión de los hijos, dando lugar a que éstos rechacen a uno de los dos, normalmente el padre no custodio. Ante el cruce deacusaciones y las dificultades para llegar a acuerdos, las instancias jurídicas intervienen y pasan a convertirse en parte del problema, lo cual agrava aún más la situación.
El concepto de SAP ha sido cuestionado por diversas razones: primero porque no cumple los requisitos epistemológicos para ser denominado “síndrome”, y al patologizarse escuda a abogados y padres para ganar batallas legales. También porque la misma denominación da lugar a parcialidad (víctima-verdugo), cuando en realidad las actuaciones disfuncionales son cometidas por ambos progenitores. Es por ello que el SAP se ha renombrado en los últimos años como Prácticas Alienadoras Familiares (en adelante PAF).
Las PAF están consideradas una modalidad grave de maltrato infanto-juvenil. Puede valorarse incluso como antinatural, ya que amenaza la protección de la descendencia y con ello, el instinto de perpetuación de la especie.
¿Cómo funciona?
Las PAF son especialmente complicadas de combatir ya que se encuentran en la encrucijada entre dos dimensiones independientes: la parentalidad y la conyugalidad. La conyugalidad es la manera como se relaciona entre sí la pareja y la parentalidad es la manera como éstos ejercen las funciones parentales.
Las PAF se producen cuando existe una conyugalidad disarmónica y una parentalidad preservada. Unos padres con una relación problemática, a pesar de estar comprometidos(en mayor o menor medida) con el bienestar de los hijos, pueden terminar implicándolos como aliados en la lucha por “ganar” los conflictos que los enfrentan. Esto produce lo que en psicología llamamos triangulación. La complejidad y la gravedad de la triangulación generar cuadros neuróticos y psicóticos de diferentes tipos y grados en los hijos. Dado que las PAF son un problema relativamente reciente (la ley del divorcio en España fue aprobada en 1981), aún se están analizando las profundas consecuencias que pueden desencadenar en los hijos y otros familiares.
Es fundamental señalar que para entender bien esta problemática, no podemos plantearla en términos buenos-malos, ya que este constructo se distribuye de diferentes maneras en diferentes momentos entre los propios protagonistas. Ambos progenitores tienen una implicación en el problema, por tanto, debemos hablar de corresponsabilidad. La alienación es un proceso dinámico en el que quedan atrapados ambos padres. No hay progenitor bueno y progenitor malo, sino manipulador exitoso (el alienador) y manipulador fracasado (el alienado).
También debemos añadir que cuando se produce una ruptura, la conyugalidad no se disuelve completamente, sino que se convierte en posconyugalidad, ya que los cónyuges siguen teniendo vínculos por la gestión de los hijos. La posconyugalidad, al igual que la conyugalidad, puede ser armónica o disarmónica.
El niño alienado
Se entiende por niño alienado al que expresa libre y persistentemente creencias y sentimientos inadecuados y negativos (enfado, odio, rechazo, miedo, vergüenza…) hacia uno de los padres y que son desproporcionados respecto a las acciones producidas por el mismo.
Tras la separación conflictiva, el hijo, presa del miedo que supone estar entre dos fuegos abiertos huye alineándose en uno de los bandos. Ciertos déficits en las capacidades parentales del progenitor no custodio (p.ej. más distante o autoritario) pueden ayudar a inclinar la balanza, no sólo depende de quién se haya comportado supuestamente peor. Por tanto, no se necesita una manipulación activa y directa para tomar partido contra uno de los progenitores. Los niños saben discernir quién les conviene más de los dos para satisfacer necesidades básicas.
Pasos para instaurar la dinámica alienadora:
- Desconfianza
- Rechazo
- Huida hacia adelante (se afianza la posición alienadora con más alienación, buscando razones que justifiquen el rechazo previo).
¿Cómo enfocarlo?
- La alienación es un proceso, no una persona.
- El tiempo juega a favor de la alienación, por tanto, es importante intervenir cuanto antes.
- La mayor o menor responsabilidad de los distintos actores en el juego alienador (padres, hijos, otros familiares y profesionales -abogados, jueces, psicólogos, etc-) varía en cada caso.
- Ningún juzgado va a ayudar más que el amor y la receptividad.
- Los papeles pueden cambiar: el alienador de hoy puede ser el alienado de mañana y viceversa.
- Conviene centrarse más en el comportamiento parental y menos en el de los niños.
- Tener siempre presentes las bases de la paternidad responsable: compromiso, implicación, accesibilidad, validación, ternura, cooperación con el otro progenitor, aporte material para lo necesario e influencia en las decisiones relacionadas con la crianza.
- La terapia familiar(no necesariamente juntos) es fundamental tanto para atenuar las consecuencias de este tipo de maltrato como para encontrar alternativas de solución.
- Se hace necesaria la psicoeducación a nivel comunitario para alertar de las consecuencias psicopatológicas que pueden ocasionar las PAF y facilitar la prevención.