La ofensa es la emoción que aparece cuando nos sentimos vulnerados, no reconocidos o agredidos por alguien. Genera un estado de alerta que puede dar lugar a diferentes acciones: agredir al ofensor, minimizar el agravio y no reaccionar, autoculpabilizarse, etc.
Sin embargo, no a todas las personas nos ofenden las mismas cosas ni con la misma intensidad, ya que la ofensa no es un constructo objetivo, sino que depende de la propia interpretación. Según cómo percibamos el mundo, entenderemos las cosas de una manera u otra y por tanto nos sentiremos o no ofendidos por un hecho concreto. Esto es particularmente importante para entender que en realidad nadie nos ofende, nos ofendemos nosotros mismos.
Según la investigación, las personas más susceptibles de ofenderse son quienes tienen menos empatía ya que entienden que todo el mundo debería comportarse como ellos. Todo lo que sea diferente de su forma de entender la realidad, les resulta ofensivo, lo cual también está relacionado con la propia rigidez de pensamiento. También suelen ser personas con más baja autoestima, y a menudo sobreentienden que el objetivo del otro siempre es humillar. Dar una excesiva importancia a la ofensa puede llevarnos a aumentar nuestro propio egocentrismo.
¿Cómo gestionar la ofensa?
- Ante un hecho o comentario, trata de comprender qué te ha afectado realmente y aprende a descomponer la ofensa: detrás del enfado siempre hay dolor.
- La ofensa, ¿te genera una reacción por esta situación ocurrida concretamente o conecta con algo que has vivido antes?
- Limita el tiempo mental que dedicas al agravio. Centra tu atención en el presente y no te quedes dándole vuelvas a aquello que te ofendió. Recuerda que no puedes controlar las actitudes de los demás, pero sí las tuyas.
- Trata de sacar un aspecto constructivo a la situación y conviértelo en aprendizaje o crecimiento.
- Utiliza el humor (no el sarcasmo): te ayudará a relativizar.
- Ahorra energía: la ofensa consume muchos recursos personales. Decide a qué destinas tu energía psicológica.
- No juzgues el comportamiento ajeno, simplemente valóralo como diferente, puede que también sea válido.
- Gana contexto: pide opinión sobre el agravio a personas diferentes. Te ayudarán ampliar el foco.