En el mundo actual existen situaciones de extrema violencia como guerras, atentados terroristas, conflictos armados, etc. de los que los niños son partícipes debido a la gran difusión social. A pesar de que sean situaciones más o menos lejanas, los menores experimentan miedo, incertidumbre o tristeza, por lo que se hace necesario hablar con ellos, para que puedan entender y gestionar el malestar.
- Procesa primero tus propias emociones. Los niños -incluso los bebés- captan y reflejan el estado emocional de los padres.
- Muéstrate accesible a hablar siempre que lo necesite.
- Valida sus emociones: está bien sentirse preocupado o asustado. Recuerda que es un indicador de que tu hijo tiene empatía. Facilita la expresión emocional: los dibujos o juguetes pueden ser de ayuda en los más pequeños.
- Anticípate a sus preguntas y sé proactivo. Empieza explorando qué sabe del conflicto. En niños más mayores o adolescentes, pregunta qué opinan sus amigos y cómo se sienten respecto a esas opiniones.
- Ofrece información ajustada a la edad del niño y apórtale seguridad. A los niños de edad preescolar se les debe dar información más genérica. Indícale que estos hechos están pasando en un lugar diferente del mundo y que se está haciendo todo lo posible para que se solucione cuanto antes y las personas puedan estar a salvo. Los adolescentes necesitan poder debatir sobre las repercusiones que pueden tener los conflictos y hablar sobre temas globales, así como aprender dónde buscar información fidedigna.
- Comunícate con una honestidad amable. No minimices o simplifiques con “todo saldrá bien”. Utiliza más expresiones del tipo “se está haciendo todo lo posible para que las personas puedan estar a salvo” o “estamos tratando de tener más información, pero aún hay cosas que desconocemos”.
- Céntrate en los ayudantes: “recuerda que siempre que pasan cosas malas hay personas dispuestas a ayudar: cooperantes, voluntarios humanitarios, etc que ayudan a que la gente esté lo mejor posible”.
- Huye de los tópicos buenos-malos.
- Ayuda a tu hijo a contribuir a la solución. La acción ayuda a sobrellevar las emociones. Hacer dibujos o escribir notas sobre la paz, contribuir con organizaciones benéficas, etc.
- Supervisa la información que recibe de los medios de comunicación.
- Practica con tu hijo ejercicios de relajación o respiración para manejar la angustia. Si el malestar le sobrepasa, considera buscar apoyo en un psicólogo infantil.