Las formas de liderar evolucionan. Las figuras autoritarias de poder basadas en el control, la presión constante y la inflexibilidad están quedando obsoletas, y se está dando paso a líderes más humildes y menos intransigentes, que infunden entusiasmo y no miedo. En otras palabras: Poco ruido y muchas nueces.
Veamos las principales características del líder silencioso:
- Es productivo y competente. Se esfuerza y se implica, contribuyendo positivamente en el proyecto común.
- Es empático y genera confianza, lo que hace que sus seguidores estén comprometidos en el fin común.
- Reconoce el potencial de cada miembro de su equipo.
- Es fiable: cumple con sus responsabilidades.
- Delega porque confía en su equipo.
- Es humilde y accesible. No tiene afán de protagonismo ni está centrado en las apariencias.
- Es abierto y espontáneo.
- Comparte recursos e información, esuna persona facilitadora.
- Es flexible: Maneja la incertidumbre enfrentándose a lasdificultades y adaptándose.
- Es organizado, resolutivo y pragmático.
- La creatividad está presente en su forma de trabajar. Busar alternativas o métodos diferentes para optimizar el trabajo.
- Ante las adversidades es reflexivo y resiliente. Sabe sacar conclusiones constructivas.
- No se deja llevar por el chisme o la crítica a las espaldas.
- Es una inspiración para el resto del equipo.
Entendemos el liderazgo como el proceso en el que un sujeto ejerce influencia sobre un grupo de individuos para conseguir un objetivo común. Así pues, esta redefinición del liderazgo silencioso tiene implicaciones importantes. Ya no se focaliza en la persona concreta que encabeza un grupo desde un estatus “superior” o “poderoso”, sino que se pone la atención en la dinámica que se crea entre el líder y el resto del grupo. Se produce un impacto bidireccional que da lugar a una nueva manera de hacer las cosas.
El liderazgo deja de ser un cúmulo de características de personalidad, sino una nueva forma de hacer las cosas que es entrenable. Así pues, un líder no nace, sino que se hace.