Ikigai es un término japonés que significa el propósito que guía nuestra vida, aquello que da sentido a nuestra existencia. Es la conjunción de dos palabras, “iki” que significa “vida” y “gai” que significa “valor”, “lo que da valor a la vida”, la razón de ser. Es un concepto que ha ganado presencia en nuestra cultura debido a la inestabilidad e interrupción de la seguridad que hemos vivido como sociedad durante el 2020 y las implicaciones que ha tenido la pandemia.
El concepto de ikigai fue popularizado por Héctor López y Francesc Miralles, que también crearon un método para desarrollarlo. Para ello analizaron la población de Okinawa, una isla japonesa donde hay más personas mayores de 100 años por 100.000 habitantes que en cualquier otra parte del planeta, puesto que el ikigai está estrechamente vinculado a la longevidad. Algunas observaciones sobre su estilo de vida son: Cooperan de forma activa mutuamente, celebran intensamente las cosas, incluso las más pequeñas, están orgullosos de sus tradiciones y cultura local, están siempre ocupados, se desempeñan con pasión en todo lo que hacen, etc.
El objetivo del ikagai es detectar en lo que eres bueno, lo que te gusta hacer, y que además aporta al mundo algo. Cuando se lleva a cabo, la persona no sólo se siente bien haciéndolo, lo que aumenta su autoestima, sino que a la vez siente que su presencia en el mundo está justificada, tiene sentido. Por tanto, la felicidad es una consecuencia, no un fin en sí mismo.
Así pues, para que se produzca el ikigai, tienen que confluir cuatro áreas o pilares fundamentales:
- Lo que amas.
- En lo que eres bueno.
- Aquello por lo que puedes ganarte la vida.
- Lo que el mundo necesita.
La representación gráfica son cuatro círculos con diversas intersecciones, que tiene forma de flor. Es útil para definir aspectos como la pasión, misión, vocación y profesión, según como se combinan los cuatro pilares. Sólo en el centro se encuentra el ikigai.