La dependencia emocional es un término de moda en la sociedad actual y a la vez uno de los que más mala prensa tiene. Sin embargo, somos la especie más social del planeta y por tanto también la más dependiente.
Tendemos a pensar que el auténtico desarrollo del ser humano es pasar de la dependencia absoluta de los demás en la infancia, a la independencia absoluta en la adultez, pero no tenemos en cuenta que si hubiera un adulto radicalmente independiente, sería algo patológico porque le llevaría al aislamiento y a la asociabilidad. Profundicemos entonces el concepto de dependencia.
Existen dos tipos de dependencia:
- Dependencia vertical: Un ser provee y otro recibe. Es la que se da en la infancia, un ser cuida a otro.
- Dependencia horizontal: Ambos seres proveen y reciben simultáneamente. Es la que se da en la adultez en las relaciones sanas.
Para que se pueda dar una dependencia horizontal adecuada deben ponerse en marcha dos mecanismos psicológicos fundamentales:
- La regulación emocional: es todo aquello que un persona hace para influir positivamente en las propias emociones y equilibrio personal.
- Autorregulación: Es lo que yo hago por mí mismo para encontrarme mejor: P.ej. deporte, meditación…
- Corregulación: Es lo que hago con otra persona para encontrarme mejor. P.ej. llamar a alguien por teléfono tras una mala noticia.
Lo ideal sería poder poner en marcha ambos tipos de regulación.
- La seguridad relacional: cómo de seguro me siento cuando estoy:
- Solo.
- Con otras personas.
Si una persona se autorregula bien y está bien sola, esto la lleva a la autonomía. Si se corregula bien y está bien con los demás, esto la lleva a la intimidad. Lo ideal sería aprender a autorregularse y corregularse correctamente, estando solo y también acompañado. Es la manera de alcanzar autonomía y a la vez intimidad.
Recordemos que depender no es algo malo, pero es importante cómo lo hacemos, analizando las consecuencias que nos reporta. Es importante tener en cuenta que nos conocemos a nosotros mismos a través de los demás. Saquemos partido de nuestras relaciones.