Según la última encuesta IPSOS (2021), España es el tercer país del mundo y primero de Europa con mayor porcentaje de población no heterosexual. El 78% de los encuestados se declara heterosexual, el 6% bisexual, el 5% homosexual y un 1% pansexual (atracción hacia todas las personas, independientemente del género). El 10% restante no contestó.
De la misma manera, las opiniones sobre los españoles respeto a la parentalidad homosexual es una de las más elevadas: el 77% está a favor, sólo tras los Países Bajos (83%), Canadá (81%) y Suecia (79%).
¿Qué es una familia homoparental?
La diversidad familiar es ya una realidad. A parte del tradicional modelo de familia nuclear formada por un padre y una madre heterosexuales con hijos biológicos, hoy por hoy, existen muchos otros modelos de familia: monoparental, reconstruida, adoptiva, sin hijos, interraciales, y también homoparentales.
Las familias homoparentales son aquellas en las que dos hombres o dos mujeres se convierten en padres o madres de uno o más hijos. Este tipo de familias ha ido creciendo progresivamente desde que a partir del 2005 en nuestro país se legalizara el matrimonio homosexual. Es importante contextualizar que hasta 1990, la OMS catalogaba como enfermedad sexual la homosexualidad o la bisexualidad.
Sin embargo, un sector poblacional entendía entonces como aceptable la unión homosexual, pero surgieron muchas dudas sobre qué supondría para los niños a nivel de desarrollo psicológico crecer en la cotidianidad de dicho matrimonio. Muchas de esas dudas se han mantenido hasta la actualidad.
¿Cómo conseguirlo?
La adopción es la manera en que las familias homoparentales tienen acceso directo a la maternidad/paternidad siempre y cuando estén casados o sean pareja de hecho. Sin embargo, para tener hijos biológicos, las parejas de hombres y de mujeres tienen opciones diferentes.
Las mujeres:
- Inseminación artificial (IA): Una de las madres se somete a inseminación a partir del semen de un donante anónimo. La Seguridad Social cubre hasta 6 intentos por este método.
- Fecundación in vitro (FIV): Se transfiere a una de las madres un embrión en el útero, formado por un óvulo propio fecundado por el espermatozoide de un donante anónimo. La Seguridad Social cubre hasta 3 intentos por este método, siempre y cuando hayan fallado previamente las 6 inseminaciones previas.
- Fecundación in vitro con recepción de ovocitos de la pareja (método ROPA): A la madre gestante se le transfiere un embrión proveniente del óvulo de su pareja. Con este método ambas madres forman parte del proceso de reproducción, pero no está cubierto por la Seguridad Social y sólo se realiza a nivel privado.
Los hombres:
Los hombres tienen más dificultades para ser padres a nivel biológico. La gestación subrogada está prohibida en España, pero si se lleva a término en países donde es legal, los consulados españoles permiten el registro del bebé como hijo de la pareja homosexual.
Por otro lado, está la coparentalidad, una opción que se da entre un hombre y una mujer homosexuales o bisexuales, que deciden compartir material genético para tener un hijo en común, pero sin ser pareja entre sí. Se realizaría por IA o FIV a nivel a nivel privado o de manera natural.
Desmontando mitos
A lo largo de estos años se han realizado diversas investigaciones que han podido constatar que:
- Los hijos de familias homoparentales tienen las mismas probabilidades de ser homosexuales o bisexuales que los de las familias heteroparentales.
- Los hijos de familias homoparentales tienen las mismas probabilidades de tener problemas de sociabilidad que los hijos de familias heteroparentales.
- No hay diferencias a nivel de autoestima entre hijos de familias homoparentales y heteroparentales.
- No hay más vulnerabilidad a padecer enfermedades mentales ni trastornos de conducta en hijos de familias homoparentales que en familias heteroparentales.
¿Qué es lo que prima?
La investigación ha demostrado que el tipo de estructura familiar no tiene relación con el desarrollo psicológico de los niños. Variables como la orientación sexual de los padres, el número de progenitores, si hay o no un lazo biológico, etc. no son variables significativas que tengan que ver con la salud mental de los hijos. Las variables que sí condicionan el desarrollo y la salud mental de los niños son las competencias de los padres en cuanto a paternalidad/maternalidad, es decir, si tienen capacidad para:
- Proteger y proveer un entorno seguro en todos los niveles.
- Dar y manifestar cariño.
- Hacer que el menor se sienta reconocido como persona, respetado y validado.
- Capacidad de poner límites que encuadren educativamente al menor.
- Buena comunicación.
Mitos aparte, lo que la investigación sí ha demostrado es que los hijos de familias homoparentales:
- Presentan mayor tolerancia y aceptación a la diversidad familiar y sexual.
- Tienen una visión mucho más flexible e igualitaria en cuanto a los roles de género.
Dar visibilidad y normalizar los diferentes modelos de familia significa avanzar socialmente para la salud mental comunitaria