Se entiende por síndrome posvacacional al conjunto de efectos que aparecen cuando nos reincorporamos al trabajo o los estudios tras un periodo de descanso vacacional. Los síntomas principales son: cansancio, falta de concentración, apatía, insomnio y/o somnolencia, ansiedad, pensamientos negativos recurrentes, falta de motivación, alteraciones del apetito, etc. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), el síndrome postvacacional se relaciona con aspectos emocionales. También puede desencadenar o empeorar algunas dolencias neurológicas como cefaleas, epilepsia o trastornos del sueño.
Se estima que alrededor de un 35% de la población ha padecido síndrome postvacacional en algún momento de su vida. Suele darse más a menudo en personas de30 a 45 años, sobre todo si el trabajo que realizan no es satisfactorio o si han tenido cambios en sus ritmos biológicos (horarios, hábitos…) durante las vacaciones. También puede darse en niños.
¿Cómo combatirlo?
- Vuelve de tus vacaciones con tiempo, no apures hasta el último día.
- Adecua los ritmos de sueño antes de volver a la rutina.
- Programa con tiempo todas las responsabilidades que tienes a la vuelta (check-lists) e incorpóralas de forma progresiva. Sé realista, no te sobreexijas.
- Incorpora hábitos sanos: reduce cafeína y alcohol, practica ejercicio físico…
- Incluye en tu vuelta a la rutina momentos de placer, relajación y desconexión.
- Socialízate con los demás, comunícate.
- Potencia cambios externos: busca novedades o nuevas motivaciones.
- Entiende los síntomas como algo temporal.
Los síntomas suelen remitir cuando se recupera la rutina, normalmente a los 10-15 días. En caso de que se mantengan, sería conveniente consultar a un médico o psicólogo.