La rápida propagación y graves efectos sobre la salud, han hecho que la pandemia del COVID-19 se haya convertido en una prioridad mundial. Sin embargo, el alcance no es únicamente médico, sino que también se han visto enormemente afectadas el área económica, política, social y por supuesto, la psicológica. De hecho, cada vez se habla más de trauma colectivo, por el alcance tan global que está teniendo en las personas.
Pongamos cifras
Según informa la BBC, la pandemia de COVID-19 ya se ha cobrado más de un millón de vidas al cerrar el mes de septiembre. Exactamente 1.008.842, según datos de la Universidad John Hopkins de Estados Unidos.
México es el cuarto país del mundo con más muertes registradas por COVID-19 (77.163), por detrás de Estados Unidos (206.005), Brasil (142.921) e India (97.497).
En cuanto a número de positivos, el número total de casos el 30 de septiembre a nivel global asciende según la Universidad John Hopkins a 33.692.221. México sería el octavo país, con un total de 738.163 infectados, por detrás de Estados Unidos (7.191.349), India (6.225.763), Brasil (4.777.522), Rusia (1.170.799), Colombia (824.042), Perú (811.768) y España (758.172).
Síntomas
A nivel psicológico, la reacción fundamental es el miedo, que de hecho puede ser igual o más contagioso que el virus. Si bien es una emoción primaria y necesaria ante situaciones desconocidas o de descontrol, que tiene una función adaptativa ya que nos pone en guardia y aumenta nuestro nivel de alerta, si supera un cierto umbral, da lugar a sintomatología de diversa índole:
- Ansiedad
- Preocupación y pensamientos repetitivos (rumiación).
- Tristeza
- Estrés.
- Reacciones somáticas (dolores de espalda, digestivos, hipertensión, etc).
- Falta de concentración.
- Cansancio extremo.
- Insomnio
- Hiperalerta ante estímulos corporales y rituales extremos de limpieza.
- Ideas paranoicas.
A medio-largo plazo puede generar trastornos como: hipocondría, trastornos de ansiedad (ansiedad generalizada, agorafobia, crisis de pánico…), fobias, trastorno obsesivo-compulsivo, etc.
¿En qué áreas nos ha afectado?
El confinamiento y la incursión la nueva normalidad ha repercutido en diversas áreas:
- A nivel individual: Proyectos rotos, exceso de tiempo para pensar, frustración, incertidumbre, falta de control, aislamiento, aumento en el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas, síndrome de la cabaña (o miedo a salir de casa una vez levantado el confinamiento)…
- A nivel laboral: Muchas personas se han quedado sin trabajo y otras han tenido que aprender a trabajar de otra manera, teletrabajando: adaptación a nuevas tareas, cambio en las rutinas, espacios o medios no siempre adecuados, jornadas laborales interminables…
- A nivel familiar: Disputas familiares por falta de espacios propios, ruptura de límites intrafamiliares, etc. Las familias que han acusado más problemas han sido aquellas con miembros con discapacidades o psicopatología previa, violencia de género, dificultades con la custodia en padres separados, personas mayores solas…
- A nivel social: El exceso de videocalls generó lo que se ha llamado fatiga zoom, o saturación por contacto telemático. Hemos tenido que aprender nuevas formas de proximidad (manteniendo la distancia de seguridad) y de comunicación.
- A nivel poblacional: Son muchos los duelos que se han tenido que elaborar con unas particulares condiciones, sobre todo por falta de rituales y por despedidas hospitalarias en aislamiento.
Algunas recomendaciones
- No te engañes a ti mismo ni minimices tus emociones. Aceptar tu estado psicológico va a ser el punto de partida para generar cambios.
- Dosifica el exceso de información (infoxicación). Es uno de los mayores activadores de sintomatología psicológica.
- Separa los problemas que dependen de ti de los que no. En los primeros, intenta ser lo más resolutivo posible. En los segundos trabaja tu capacidad de aceptación.
- Ve incorporando en tu día a día todos los aspectos que impliquen una vuelta a la normalidad siempre de una forma progresiva, sin pasar de 0 a 100.
- Mantén tus rutinas.
- Sigue todas las medidas de seguridad y de desinfección en su justa medida, las pautadas por los organismos oficiales. Tan peligroso es hiperpreocuparse y llevar las medidas de limpieza a límites irracionales (da lugar a cuadros hipocondríacos, obsesivos, etc), como pasar a todo lo contrario, es decir, despreocuparse totalmente, p.ej. salir de casa sin mascarilla. Llamamos a esta última actitud reactancia psicológica, y responde a la premisa “si hago ver como que no pasa nada, entonces es como que no pasa nada”. Ambas estrategias están provocadas por el miedo.
- No te auto-observes constantemente buscando síntomas remotos y consulta únicamente a tu médico cuando sea necesario (según lo parámetros del departamento de Sanidad).
- Cultiva el buen humor (no el sarcasmo) puede ayudarte a desatascar estados emocionales negativos.
- Pon por escrito tus preocupaciones, en vez de pensar una y otra vez en lo mismo. La escritura es una herramienta muy potente en salud mental que puede abrir muchas posibilidades.
- Consulta con un psicoterapeuta si el miedo te sobrepasa o si te impide llevar tu día a día con normalidad. Hoy día, la mayor parte de psicoterapeutas también atienden telemáticamente, por lo que no es necesario salir de casa.