El agua es un elemento fundamental para la vida. Es un bien de primera necesidad para los seres vivos y un elemento natural imprescindible en la configuración de los sistemas medioambientales. Sin embargo, no todas las personas tienen el mismo acceso a ella. Según la OMS (1), 3 de cada 10 personas (2100 millones de personas) no tienen acceso a agua potable y disponible en el hogar, y 6 de cada 10 (4500 millones), carecen de un saneamiento seguro en todo el mundo. También se estima que de aquí a 2025, la mitad de la población mundial vivirá en zonas con escasez de agua.
Es por datos de este tipo que en 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció como derecho fundamental el abastecimiento de agua y su saneamiento, y forma parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua.
En este año 2020, debido al brote de COVID-19, se han pospuesto o cancelado eventos relacionados con el Día Mundial del Agua, aunque se está estudiando la posibilidad de reunirse online o hacerlo en grupos más pequeños (2).
El impacto del agua sobre el cambio climático
Pensar en un futuro sostenible implica cambiar el enfoque imperante hasta ahora y empezar a entender la gestión del agua desde una óptica sistémica respecto al cambio climático.
El cambio climático global está directamente relacionado con el agua, puesto que aumenta la variabilidad de su ciclo. Esto tiene consecuencias fundamentales (3):
- Provoca fenómenos meteorológicos extremos.
- Reduce la previsibilidad sobre la disponibilidad del agua.
- Afecta la calidad del agua.
- Amenaza al desarrollo sostenible y la biodiversidad.
- Pone en riesgo el derecho humano fundamental al agua y al saneamiento.
Se estima que para el 2040 la demanda mundial de energía aumente en más del 25% y la demanda de agua más del 50%. A más demanda de agua, más necesario se hace el bombeo, transporte, y tratamiento salubre, lo que crea un alto consumo energético y contribuye a la degradación de sumideros de carbono dependientes del agua que son cruciales, como las turberas. Por otro lado, algunas medidas para mitigar los efectos del cambio climático, como el uso de biocombustibles, también pueden contribuir a la escasez del agua, lo que hace indispensable un trabajo conjunto en políticas y planteamientos nacionales y regionales para tratar conjuntamente el cambio climático y la gestión de agua. Por ejemplo, si limitamos el aumento del calentamiento global a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales, podríamos reducir la sequía causada por el clima hasta un 50%.
El cambio climático, el aumento de la escasez de agua, el crecimiento de la población, los cambios demográficos y la urbanización suponen desafíos importantes para los sistemas de abastecimiento de agua. La cantidad de agua de lluvia recogida será cada vez menor debido a los cambios medioambientales, por lo que deberán haber ajustes en la gestión de los recursos hídricos para garantizar el abastecimiento y la calidad. La reutilización de las aguas residuales para recuperar agua, nutrientes o energía se está convirtiendo en una estrategia de referencia, p. ej. para regar.
Una cosa está clara: el cambio climático puede ser aterrador y desalentador, pero hay un sencillo paso que marca una gran diferencia: no desperdiciar agua.
El uso del agua y los sistemas de salud
Según el Global Water Institute, alrededor de 700 millones de personas en 43 países sufren hoy en el mundo escasez de agua.
Estrés hídrico es el concepto para definir que demanda de agua es mayor que la cantidad que se dispone o que su uso se ve restringido por su baja calidad. Se utiliza cuando en un país los suministros anuales de agua caen por debajo de los 1.700 metros cúbicos por individuo o 4.600 litros/día por persona, es decir, entre 8 y 9 vasos de agua. La escasez de agua se experimenta cuando se cruza el umbral de 1.000m3/año o aproximadamente 2.700 litros/día por persona, y se considera escasez absoluta de agua en los países con menos de 500m3/año o 1.400 litros/día por persona. Según esta definición, 49 países tienen estrés hídrico actualmente, 9 con escasez de agua y 21 con escasez absoluta de agua (4).
Las causas del estrés hídrico son múltiples y complejas, pero la crisis climática y el calentamiento global están presentes en casi todas ellas. Crecimiento demográfico, perturbaciones y disminución de las temporadas de lluvia, contaminación de los cauces de los ríos por las actividades industriales, mala gestión humana de los recursos hídricos, conflictos bélicos…
Según datos del 2019 del World Resources Insitute (WRI), organización sin ánimo de lucro que investiga los recursos del planeta, los países con mayor estrés hídrico son (5): Qatar, Israel, Líbano, Irán y Jordania.
14 de los 33 países con más probabilidad de sufrir estrés hídrico y recortes en el suministro de agua en el año 2040 se encuentran en Oriente Medio, un área caracterizada por la ausencia de precipitaciones y altas temperaturas, por lo que apenas existen ríos con un cauce permanente. Además, se trata de una zona azotada por una enorme agitación política y territorial.
Los establecimientos de salud (hospitales, consultorios, centros de atención primaria…) necesitan agua segura suficiente para poder ofrecer servicios de salud. Se requiere un abastecimiento fiable de agua segura para beber y cocinar, higiene de manos, las duchas, los baños, y diversos otros usos generales y médicos especializados. El agua es también esencial para la limpieza de las habitaciones y las instalaciones de saneamiento. Mantenerse hidratados, asearse y reducir el riesgo de infecciones es fundamental.
Son aspectos importantes de los servicios de agua: la cantidad y la calidad del agua disponible, la ubicación y la accesibilidad de las fuentes de agua dentro del establecimiento de salud, y la fiabilidad del abastecimiento a lo largo del tiempo.
El último informe WASH (6) de la ONU sobre los establecimientos de salud a nivel mundial estudia los procedimientos relacionados con el agua en los diferentes centros sanitarios para calibrar su nivel de salubridad, analizando cinco variables:
- Agua: Si el establecimiento de salud dispone o no de agua de una fuente mejorada (es decir, aquellas que, por la naturaleza de su diseño y construcción, pueden suministrar agua segura, p.ej. aquellas que incluyen el agua entubada, los pozos perforados o tubulares, los pozos excavados protegidos, los manantiales protegidos, el agua de lluvia y el agua envasada o suministrada).
- Saneamiento: Si dispone de instalaciones de saneamiento mejoradas (es decir, que evita de forma higiénica el contacto de los usuarios con los excrementos humanos) o no (p.ej. letrinas) y de qué tipo (saneamiento reservado para el personal, separados por sexos, con instalaciones para higiene menstrual, personas con movilidad reducida).
- Higiene: Si dispone o no de instalaciones funcionales para la higiene de las manos (con agua y jabón o desinfectante para manos a base de alcohol) en los puntos de atención y a no más de cinco metros de las instalaciones de saneamiento.
- Gestión de desechos: Si los desechos se separan o no de forma segura (en al menos tres recipientes), y si los objetos punzantes y los desechos infecciosos se tratan y eliminan de forma segura.
- Limpieza hospitalaria: Si hay o no protocolos básicos de limpieza disponibles y todo el personal responsable de la limpieza ha recibido capacitación.
Estas variables se cuantifican en 3 categorías: sin servicio, servicio limitado o servicio básico.
En relación con la calidad del agua, el 74% de establecimientos sanitarios dispone de servicios básicos de agua, el 14% limitados y el 12% carecen de servicios de agua, es decir, 896 millones de personas en el mundo no disponen de servicio de agua en su establecimiento de salud. Países como Comoras, Etiopía, Uganda, Congo, Zambia Senegal, Perú, Nigeria y Vietnam son los que menos disponían.
El 21% de los establecimientos de salud de todo el mundo carecen de servicios de saneamiento, lo que significa que tienen instalaciones no mejoradas o no cuentan con ningún tipo de baño. Comoras, Congo, Tanzania y Nigeria son algunos de los países más afectados.
En todo el mundo, 1 de cada 6 establecimientos de salud carece de servicios de higiene.
No hay suficientes países con estimaciones básicas para calcular la cobertura mundial de los servicios básicos de gestión de desechos ni la limpieza hospitalaria.
En cuanto al global de los parámetros, los países con peor disponibilidad en cuanto a los criterios relacionados con el agua son África Subsahariana, África Septentrional, Asia Oriental y Sudoriental, Asia Central y Meridional y algunos países de Oceanía y Caribe.
También existen diferencias importantes dentro de cada país. Las zonas rurales, los establecimientos sanitarios no hospitalarios y los establecimientos de salud públicos tienen más probabilidades de carecer de servicios de agua y saneamiento.
La mejora del abastecimiento de agua, del saneamiento y de la gestión de los recursos hídricos puede impulsar el crecimiento económico de los países y contribuir en gran medida a la reducción de la pobreza (7).
A nivel mundial, el 15% de los pacientes contraen infecciones durante la hospitalización, proporción que es mucho mayor en los países de ingresos bajos con peores recursos.
El agua contaminada y el saneamiento deficiente están relacionados con la transmisión de enfermedades como el cólera, otras diarreas, la disentería, la hepatitis A, la fiebre tifoidea y la poliomielitis.
Según la OMS, 842.000 personas mueren cada año de diarrea como consecuencia de la insalubridad del agua, de un saneamiento insuficiente o de una mala higiene de las manos. Sin embargo, la diarrea es ampliamente prevenible y la muerte de unos 361.000 niños menores de cinco años se podría prevenir cada año si se abordaran estos factores de riesgo. En los lugares donde el agua no es fácilmente accesible, las personas pueden considerar que lavarse las manos no es una prioridad, lo que aumenta la probabilidad de propagación de la diarrea y otras enfermedades.
Casi 240 millones de personas se ven afectadas por esquistosomiasis, una enfermedad grave y crónica provocada por lombrices parasitarias contraídas por exposición a agua infestada.
En muchas partes del mundo, los insectos que viven o se crían en el agua son portadores y transmisores de enfermedades como el dengue. Algunos de estos insectos, denominados vectores, crecen en el agua limpia, y los contenedores domésticos de agua pueden servir como lugares de cría. Tan solo con cubrir estos contenedores de agua se podría reducir la cría de vectores, y reducir también la contaminación fecal del agua en el ámbito doméstico.
Diagnostics instruments that do not require water or drains
Unlike traditional wet chemistry systems, which require highly purified water and complex plumbing systems to run, Ortho’s VITROS® Systems and the MicroSlide technology that runs on them do not require water. This eliminates the risk that poor water quality could impact test results.
Furthermore, this allows to serve patients in emergencies and maintain emergency room services at the hospitals. Laboratories must be operational for this, including the full availability of the water system. This risk disappears with Ortho VITROS® analyzers.
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Fuentes
- “2100 millones de personas carecen de agua potable en el hogar y más del doble no disponen de saneamiento seguro”. Datos extraídos del informe de la OMS y el UNICEF titulado Progresos en materia de agua potable, saneamiento e higiene: informe de actualización de 2017 y evaluación de los ODS
https://www.who.int/water_sanitation_health/es/
Visto el 17/2/20.
- “Coronavirus (COVID-19). How to stay safe on World Water Day”.
https://www.worldwaterday.org/2020-home/share/covid-19-be-safe/
Visto el 15/3/20.
- “UN-Water Policy Brief on Climate Change and Water”.
https://www.unwater.org/publications/un-water-policy-brief-on-climate-change-and-water/
Visto el 15/3/20.
- “Water scarcity”.
https://www.unwater.org/water-facts/scarcity/
Visto el 13/3/20.
- “Baseline water stress”.
https://www.wri.org/applications/aqueduct/country-rankings/
Visto el 2020.
- Wash en establecimientos de atención médica: Informe de referencia mundial 2019. OMS.
Visto el 14/3/20.
- “Agua”
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/drinking-water
Visto el 15/3/20.