Una revisión sistemática recientemente publicada en la prestigiosa revista The Lancet, ha revisado las consecuencias neurológicas y de salud mental en las personas infectadas por Coronavirus, incluyendo el síndrome respiratorio agudo severo (SARS por sus siglas en inglés), el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y la COVID-19. Se analizaron las consecuencias en la fase aguda en un total de 3.559 pacientes ingresados.
A nivel neurológico:
- 27.9% presentan confusión o delirio.
- 20.7% presentan estados alterados de conciencia.
- 38.2% presentan problemas de atención y concentración.
- 34.1% presentan problemas de memoria.
A nivel de trastornos mentales:
- 32.6% trastornos depresivos.
- 35.7% ansiedad.
- 41.9% insomnio.
- 29.4% labilidad emocional.
- 4.9% irritabilidad.
- 7.4% conductas agresivas.
- Algunos estudios también reflejan síntomas maníacos y psicóticos debidos al consumo de esteroides: Euforia (7,8%), aceleración del discurso (20,6%), alucinaciones auditivas (4,7%), ideas persecutorias (3,9%), alucinaciones visuales (2%) o conductas suicidas (2%).
Tras superar la fase aguda, las consecuencias siguen presentes a medio y largo plazo. Aún no existen datos relativos a COVID-19, pero en SARS y MERS, un años después de la enfermedad:
- 32% desarrolló trastorno por estrés postraumático TEPT).
- 14.9% trastorno depresivo.
- 14.8% trastornos de ansiedad.
La media para la reincorporación laboral de los hospitalizados fue de 35 meses por el impacto a la salud física y mental. Entre los factores que hacen que la recuperación sea más o menos rápida encontramos: infección viral, el trastorno cerebrovascular, el grado de daño fisiológico, la respuesta inmunológica, la intervención médica, el aislamiento social, el impacto psicológico de padecer una enfermedad nueva y potencialmente mortal, la preocupación por poder transmitir la enfermedad a otros y el estigma asociado a la enfermedad, etc.