Las estrictas medidas de confinamiento afectan de un modo particular a niños y adolescentes. Es importante que los adultos comprendan las peculiaridades psicológicas de los menores para poder dar una respuesta empática a sus necesidades. Las medidas de confinamiento ayudan a mantener el virus fuera de nuestros hogares, pero ¿cómo podemos manejar el malestar que queda dentro?
¿Cómo afecta a los niños?
Según la edad y el grado de madurez del niño, hay un nivel de comprensión de la situación y una gestión diferente de las emociones. En líneas generales, hasta los 5 años hay menos consciencia de lo que significa el confinamiento, por lo que establecer rutinas será clave para que el niño se sienta seguro y estructurado .A partir de los 6 años hay más comprensión de la situación y eso puede generar diferentes respuestas emocionales. También hay que tener en cuenta la personalidad del niño, que puede ser un factor importante en la adaptación a esta nueva forma de vida. Para los adolescentes tampoco es una situación fácil, a pesar de que puedan entender perfectamente lo que significa. Es habitual que manifiesten enfado, tristeza, preocupación, se aíslen…
Antes de nada, hemos de comprender que ciertas emociones negativas son ahora esperables y debemos normalizarlas:
- Miedo
- Sentimientos de incertidumbre.
- Tristeza
- Impaciencia
- Falta de control.
También pueden aparecer conductas regresivas, es decir, conductas propias de un estadio madurativo previo, ya superadas, como chuparse el dedo, hacerse pipí, no querer dormir solo o hablar como si fuera un bebé. Estas conductas pueden activarse en situaciones de inestabilidad, y es una manera inconsciente del niño de “regresar” a una etapa donde se sentía más seguro. Estas conductas son una forma de mostrar que está angustiado, cuando no hay recursos suficientes para entender o verbalizar lo que le ocurre.
Un niño necesita moverse, correr, jugar… Hay un debate abierto sobre la preocupación por las repercusiones que puede generar el confinamiento en los menores. Algunos expertos piden más flexibilidad y permitir que los niños puedan salir a jugar cerca de casa para mantener su equilibrio emocional, como están haciendo países como Francia. No obstante, cada país tiene unas circunstancias sanitarias diferentes y las medidas actuales son las adecuadas y necesarias según expertos sanitarios. Sí se ha ampliado la flexibilidad en las salidas de menores con necesidades especiales como trastornos del espectro autista (TEA), diversidad funcional o TDAH.
¿Qué explicaciones dar?
Es importante no exponer a los menores a información constante de los medios de comunicación, en lo que ya se empieza a denominar “infodemia” (sobreabundancia informativa).Los niños necesitan entender, pero hay imágenes que pueden resultar muy agresivas y crearles más inseguridad. Explícale a tu hijo todo lo que necesita saber adaptado a su nivel madurativo:
- Ofrece información veraz sobre el Coronavirus y sus consecuencias. ¿Recuerdas cuando tuviste la gripe aquella vez? Háblale de los principales síntomas (tos, falta de aire y fiebre), de cómo se transmite la enfermedad, de su peligrosidad (se contagia con facilidad y por eso nos tenemos que proteger), de a quién ataca principalmente… Corrige información errónea o malinterpretada.
- Potencia su sensación de control a partir de la prevención: la importancia de la higiene y por qué no hay que tener miedo a las vacunas.
- Explícale por qué es importante el confinamiento. Gracias a que estamos en casa hay muchas menos personas que se ponen malitas.
- Fomenta su sentido crítico ante algunas repercusiones de la pandemia. P.ej. ante el aumento del racismo hacia las personas orientales: ¿a ti qué te parece?
¿Cómo manejarlo?
- No esperes que te pregunte: Explora qué es lo que sabe y si tiene dudas o miedos relacionados con el virus. Dale respuestas sencillas con un lenguaje adaptado a su edad y sus conocimientos. Siempre desde la calma, sin catastrofismo.
- Transmite seguridad: Explícale que la mayoría de las personas que se infectan se curan, que hay muchos profesionales sanitarios para cuidarnos y buscar una vacuna, que quedándonos en casa estamos protegidos, que los adultos nos aseguramos de que estén bien en todo lo que necesite, que un día u otro esta situación se acabará…
- Hablad frecuentemente sobre el tema pero sin saturar de información. Haz que sienta que puede mencionarlo cuando lo necesite. Haz dibujos para darle explicaciones.
- No escondas tus emociones negativas. Puedes expresarlas siempre y cuando expliques lo que sientes y por qué, de una forma adaptada para la edad del niño. Esto facilitará que tus hijos también verbalicen sus emociones. Evita tanto catastrofizar como el positivismo vacío. Tenemos derecho a sentirnos mal.
- Acompaña emocionalmente a tus hijos cuando expresen sentimientos negativos (llorando, enfadándose…). No bloquees estas actitudes (“no llores”), valídalas como algo normal y ayúdale a manejarlas.
- Crea rutinas: Ayudará a estructurar el día y generar seguridad. El día tiene que tiempo organizado para: deberes escolares, higiene, jugar…
- Facilita el contacto con el exterior. Organiza videollamadas con otros miembros de la familia o amigos.
- Potencia la amabilidad, el cariño y el buen humor. Recuerda que el confinamiento puede ser una oportunidad para reforzar los lazos familiares.
- Entrena la resiliencia, es decir, la capacidad de adaptarnos a las situaciones adversas. Lo importarte no es caerse, sino saber levantarse.