Hoy por hoy, la epidemia del Coronavirus https://www.salud.mapfre.es/enfermedades/infecciosas/todo-sobre-coronavirus/ es una preocupación a nivel global. Si bien se habla frecuentemente de las implicaciones a nivel de prevención, orgánico, social, político, económico, etc. no se trata tanto cómo afecta a nivel psicológico, y no debemos subestimar esas consecuencias.
El miedo: el peor de los virus
No hay nada más contagioso que el miedo. Si bien es una emoción básica que tiene como función la defensa y la adaptación, tras una señal de alarma, cuando el miedo aumenta desproporcionadamente y se amplía a diferentes situaciones, puede llegar a limitar nuestra cotidianidad: Nos puede llegar a paralizar, impidiéndonos gestionar eficazmente las demandas del día a día. Es aquí cuando empieza a ser un problema psicológico.
Es irrelevante que el origen del miedo sea fundado o infundado, ya que la mente no distingue emocionalmente entre miedo real o irreal: se experimenta de la misma manera. En ocasiones incluso puede ser más amenazante el miedo irracional e imaginario que el real, ya que la mente puede llegar a ser muy productiva.
¿Trauma colectivo?
Cualquier evento negativo significativo puede generar una reacción de estrés en las personas. Entendemos por trauma individual a aquello que supone un impacto que rompe fuerte y repentinamente las defensas de la persona. Pero, ¿y si esto ocurre a muchas personas dentro de una sociedad por un hecho común? Entonces hablamos de trauma colectivo, y se define como un golpe de la vida social que afecta a los vínculos que unen a las personas y que daña el sentido de protección de una comunidad. Las epidemias son un claro ejemplo de ello y generan un amplio desequilibrio a nivel familiar y social.
¿Síntomas?
La reacción fundamental que emerge ante las epidemias es, como hemos comentado, el miedo. A corto puede generar los siguientes síntomas:
- Ansiedad.
- Estrés.
- Preocupación y pensamientos repetitivos.
- Ideas paranoicas.
- Desorientación.
- Falta de concentración.
- Rituales extremos de limpieza.
- Tristeza.
- Reacciones somáticas (dolores de espalda, digestivos, hipertensión, etc).
A medio-largo plazo puede desencadenar trastornos como: hipocondría, trastornos de ansiedad (ansiedad generalizada, agorafobia, crisis de pánico…), fobias, trastorno obsesivo-compulsivo, etc.
12 consejos para manejar el miedo
- No te engañes a ti mismo ni minimices tus emociones. Aceptar tu estado psicológico va a ser el punto de partida para generar cambios.
- Infórmate adecuadamente: Usa canales de información oficiales o contrastados y desconfía de rumores o informaciones en redes sociales. No te aísles del tema como medida de autoprotección: todo lo que evitamos hace que aumente el miedo.
- Cuidado con la sobreinformación: En un primer momento puede tranquilizarte, y este leve alivio puede llevarte a buscar información contantemente, como método para tranquilizarte: Llegados a este punto, a más información, más descontrol, ya que te hace estar en permanente estado de alerta y aumenta tu percepción del riesgo.
- No hables constantemente del tema. El miedo genera más miedo.
- Protégete, sin sobreprotegerte. Sigue las medidas de prevención de fuentes oficiales, pero no vayas más allá. Un exceso de prevención no te hará sentir más seguro sino al revés, aumentará tu miedo y el de quienes te rodean (sobre todo los niños). También aumenta la probabilidad de obsesiones y compulsiones.
- No te auto-observes constantemente buscando síntomas remotos y consulta únicamente a un médico cuando sea necesario (según lo parámetros del departamento de Sanidad). Caso contrario, podrías activar síntomas hipocondríacos.
- Mantén tus rutinas: te ayudará a normalizar tu día a día.
- Refuerza tu sensación de control: Uno de los activadores del miedo es la falta de control. No podemos hacer nada ante las noticias catastróficas que escuchamos, pero sí en lo que nos atañe a nosotros mismos. Céntrate en las cosas que sí dependen de ti, y cultívalas, p.ej. da calidad en tus relaciones personales o céntrate en proyectos que para ti tengan sentido.
- Cultiva el buen humor, ayuda a compensar estados emocionales negativos.
- Escribe en vez de pensar una y otra vez en lo mismo. La escritura https://www.salud.mapfre.es/cuerpo-y-mente/psicologia/escritura-terapeutica-y-terapia-narrativa-beneficios/ es una vía de autocuidado en salud mental que puede abrir muchas posibilidades.
- Si tienes niños: Recuerda que tienen derecho a estar informados, sondea sus preocupaciones y aclara sus dudas a medida que vayan saliendo, adaptando las explicaciones a la edad. No les mientas para tranquilizarlos, ni les des más información de la que te pidan. Enséñales a filtrar informaciones que puedan venirles por otros medios.
- Consulta con un psicoterapeuta si el miedo te sobrepasa o si te impide llevar tu día a día con normalidad.