Hablar de sexo con los hijos es para muchos padres una de las conversaciones más complicadas. A menudo se deja el tema de lado, como si obviándolo fueran a desaparecer las posibles dificultades, cuando en realidad ocurre justo al contrario. Tu hijo necesita referentes e información fidedigna. Si no se la aportas tú, la buscará fuera de casa, y ahí pierdes el control tanto de la fuente, como del efecto que genera en él. Cuanto mejor informado esté el menor, mejores decisiones tomará y menos probabilidad habrá de psicopatología posterior.
La sexualidad no aparece súbitamente en la adolescencia, se va despertando progresivamente desde la infancia. Resolver dudas según van surgiendo es fundamental, ya que permite un abordaje desde la naturalidad.
- De 0-5 años: A medida que los niños empiezan a andar y a hablar, también van descubriendo y aprendiendo de sus cuerpos. Muchos niños se autoestimulan frotándose: normaliza esta conducta, forma parte de su autoconocimiento, pero enséñale a que lo haga cuando está solo. Enséñale a poner nombre a sus órganos sexuales en situaciones informales como cuando se viste o se baña y déjale claro qué partes del cuerpo son privadas. No te rías o le avergüences cuando haga preguntas, dale explicaciones sencillas y adaptadas a su edad.
- De 5 a 10 años: Las preguntas más habituales en esta edad versan sobre el funcionamiento del cuerpo (qué es una erección, qué es la menstruación, etc) y sobre cómo se hacen los bebés. No recurras a metáforas como la cigüeña, dale explicaciones más concretas. También pueden surgir dudas sobre orientación sexual (¿Se pueden querer dos chicos?) así como sobre la identidad de género. En este aspecto es importante no estigmatizar y aclarar que no tener pene o vagina no siempre significa ser niño o niña respectivamente. Acompañar al menor y permitir su expresión sin censura es muy necesario.
- De 11 a 13 años: Es la etapa en la que empiezan los cambios corporales y donde empieza el deseo sexual debido al cambio hormonal. Educar sobre el consentimiento es crucial. Aclara dudas y acompaña a la/el menor en su primera menstruación o poluciones nocturnas. Atención con la pornografía, muchos menores la utilizan para obtener respuestas sobre sexualidad, generando mucha más confusión e ideas erróneas. Alerta contra el sexting, grooming y otras formas de ciberacoso.
- Más de 13 años: Normaliza que tenga experiencias y enséñale a entender conceptos como intimidad o afectividad. Enséñale como prevenir embarazos o enfermedades de transmisión sexual. Ábrele la puerta a que te consulte dudas o problemas, o en su defecto, enséñale a dónde recurrir para obtener lo que necesita.