En comparación con la menopausia, la andropausia -su análoga en el hombre-, es una gran desconocida. Entendemos por andropausia la disminución de la producción de la testosterona masculina, por eso es también conocida como Síndrome de Déficit de Testosterona (SDT). Si bien es un proceso muy progresivo, que empieza sobre los 30-40 años, suele tener efectos más evidentes en una gran parte de los varones a partir de los 50-55 años.
Los síntomas no son únicamente físicos (dificultades para alcanzar y mantener la erección, menor volumen eyaculatorio, osteoporosis, pérdida del cabello, dolores musculares, sudoración y escalofríos, cansancio habitual, estreñimiento, pérdida de la masa muscular…). También son psicológicos: disminución del deseo sexual, ansiedad, insomnio, irritabilidad, tristeza y apatía, temores e inseguridad frente a la sexualidad, inestabilidad emocional o pérdida de autoestima, entre otros.
Es importante señalar que la andropausia no es una enfermedad, es una parte del ciclo evolutivo del hombre. Como decíamos, está silenciada ya que tiene que ver con la pérdida de funciones asociada a la vejez. Parte de esto está relacionado con lo que se atribuye socialmente a la masculinidad (fortaleza, validez, vigor, etc..). Otro de los factores clave es cómo se conforma el concepto de esa masculinidad. En el caso de los varones, todo el cambio hormonal que ocurre sobre los 12-13 años, aunque es muy notorio a nivel interno (la producción de testosterona aumenta en un 400%) carece de un hito concreto y evidente como es en la mujer la menarquía (primera menstruación), que señala la madurez sexual. De la misma manera, tampoco hay un correlato cuando la fase fértil llega a su fin, a diferencia de la mujer. Es decir, los límites estarían más diluidos tanto al inicio como al final de la fase fértil del hombre, por lo que la imagen de lo que representa, también. En la andropausia no sólo es importante reacomodar el proceso hormonal, sino también las emociones relacionadas y crear un proceso de transformación y autorregulación, utilizando las potencialidades de esta nueva etapa desde la autopercepción y autoconciencia.
En el caso de aparezcan precozmente algunos de los síntomas comentados, es importante valorar si se está iniciando proceso de andropausia a través de un análisis de sangre que analice la testosterona biodisponible y también la proteína SHBG. Existe tratamiento farmacológico para prevenir o ralentizar la aparición o intensidad de los síntomas. Por otro lado, también sería interesante redefinir a nivel psicológico posibles aspectos que pudieran estar mal enfocados.