Las mujeres muestran una gran variabilidad en el tipo o la intensidad de la estimulación necesarios para llegar al orgasmo, por lo que no siempre es evidente poder definir cuándo es realmente un trastorno sexual. ¿Cómo detectarla y tratarla?
¿Qué es?
La anorgasmia se define como la ausencia o retraso persistente o recurrente en el orgasmo tras una fase de excitación sexual normal en cuanto a intensidad y duración según la edad y la experiencia sexual de la persona. Provoca un malestar psicológico acusado y dificultades en las relaciones interpersonales. Ocurre en un 15-30% de la población general y es mucho más habitual en mujeres.
Una de las creencias más extendidas en cuanto al orgasmo femenino es que debería conseguirse a través de la penetración, cuando mayoritariamente no es así. Muchas mujeres creen que tienen una disfunción sexual cuando realmente todo funciona perfectamente bien a nivel fisiológico. Un importante estudio (Reinisch, 1991) concluyó que entre el 50 y el 75% de las mujeres no tenían orgasmo a través de la penetración pero podían conseguirlo de otras maneras. En el 25-50% restante que sí consiguió el orgasmo, no se pudo determinar si fue realmente por la estimulación indirecta del clítoris, ya fuera porque la postura estimulara la parte externa o por estimulación interna de las raíces del clítoris. El clítoris no es únicamente el capuchón ubicado en los genitales externos de la mujer sino que también tiene raíces en los genitales internos.
La anorgasmia puede ser:
- Primaria: Cuando no se ha conseguido previamente un orgasmo.
- Secundaria: Cuando la alteración aparece tras una etapa de normalidad.
Según el ámbito puede ser:
- Anorgasmia situacional: Cuando se puede alcanzar el orgasmo en circunstancias específicas o con determinadas personas.
- Anorgasmia generalizada: La mujer es incapaz de conseguir el orgasmo bajo cualquier circunstancia.
Causas
Normalmente la anorgasmia es multicausal, es decir, no se debe a un sólo motivo sino a la interacción de varios. Las principales causas son:
- Creencias negativas sobre la sexualidad que producen miedo o ansiedad. Mitos y tabúes que provienen de aspectos culturales o religiosos.
- Baja autoestima.
- Falta de información sobre la propia sexualidad o estimulación inadecuada por parte de la pareja.
- Sentimientos de culpabilidad.
- Estrés.
- Falta de habilidades sociales (p.ej. problemas de asertividad) o problemas de pareja (p.ej. falta de comunicación).
- Miedo a perder el control ante alguien o dejarse llevar.
- Distorsiones corporales o vergüenza a mostrar el propio cuerpo.
- Sucesos traumáticos previos.
- Interacción con ciertos medicamentos. Algunos antidepresivos, benzodiacepinas o hipertensivos pueden producir un retardo orgásmico, debido a cambios hormonales o falta de lubricación.
- Algunas enfermedades neurológicas o metabólicas también pueden producir anorgasmia, así como también alteraciones del suelo pélvico o algunas enfermedades crónicas como cardiopatías, disfunciones hepáticas o renales, etc.
La importancia de cambiar el enfoque
Habitualmente, una de las razones que hace que el problema se mantenga es la ansiedad anticipatoria que genera el encuentro sexual, el miedo a no poder llegar al orgasmo. Esto hace que no se puedan dar las condiciones necesarias para el disfrute sexual, que giran en torno a la relajación, la confianza, la apertura a disfrutar de cada pequeña sensación… El orgasmo debería ser entendido como una consecuencia y no como un objetivo, es decir, el planteamiento debería ser meramente disfrutar y que el orgasmo sea una repercusión de este disfrute, y no el sentido fundamental de la relación sexual.
Tratamiento
El tratamiento de la anorgasmia femenina está centrado en la psicoterapia sexual, ya que médicamente no hay fármacos para tratarla.
Algunos aspectos clave en los que se centra la terapia sexual son:
- Psicoeducación: Se trabajan aspectos fundamentales de salud sexual y afectiva, aportando información adecuada y desarticulando creencias erróneas que condicionan el problema. Algunos de ellos son: expectativas poco realistas a nivel fisiológico, diferentes maneras de vivir la sexualidad, condicionantes culturales, sociales o religiosos que obturan el problema, abordaje de estados emocionales que aumentan el problema… También son de utilidad las lecturas educativas sobre sexualidad, la literatura erótica y ciertos tipos de pornografía.
- Tratamiento de sentimientos negativos hacia uno mismo que pueden estar bloqueando.
- Tratamiento de sentimientos negativos hacia la pareja. Resentimiento, distanciamiento, falta de estrategias comunicacionales efectivas, diferencia de expectativas o proyectos vitales incompatibles…
- Autoerotismo: Despertar sensaciones corporales a partir de exploración visual, exploración táctil (a nivel genital o del resto del cuerpo), técnicas relacionadas con imaginación guiada o fantasías sexuales, autoestimulación progresiva, etc.
- Técnicas en pareja: Conexión y comunicación, erotización sensual y genital por fases, capacitación para la penetración a partir de técnicas terapéuticas focales…
- Cuando la anorgasmia se debe a factores físicos como la hipotonía del suelo pélvico, también resultan de gran utilidad los ejercicios de Kegel, hipopresivos, biofeedback o técnicas posturales.