“Los bosques han enseñado libertad al ser humano”.
Paul Bourget
Observar como se cuela un rayo del sol entre los árboles, caminar sobre hojas secas, oler el frescor de la vegetación, escuchar el viento, el canto de los pájaros o algún arroyo cercano… el contacto con la naturaleza parece cada vez algo más ajeno a la sociedad urbana moderna. Y lo estamos pagando caro. Cuesta creer, incluso, que el 99% de nuestra evolución como especie lo hemos pasado en este entorno.
Japón, una de las sociedades con más estrés -incluso tiene una palabra, karoshi, para definir la muerte por exceso de trabajo- y más altas tasas de suicidio ha encontrado una manera para aumentar el bienestar de sus habitantes, el shinrin-yoku. Cada año lo practican hasta 5 millones de japoneses.
¿Qué es?
El shinrin-yoku, en japonés “baño de bosque” o también llamado “terapia del bosque”, es una práctica que consiste en pasar tiempo en áreas boscosas con el objetivo de mejorar la salud y el bienestar emocional. Forma parte del “programa para la salud nacional”, ideado en la década de los ochenta en el país nipón. Se asienta en ideas de las tradiciones budistas y sintoístas, las religiones del país.
La práctica supone aproximadamente dos horas de apacible paseo meditativo por el bosque, preferiblemente dirigidos por un monitor o guía, que ayuda a practicar ejercicios de respiración y a enfocar la atención en los diferentes estímulos del entorno. El objetivo es que se absorba el bosque con los cinco sentidos: admirando pequeños-grandes espectáculos visuales como reflejos o luces, impregnándose de los diferentes olores, tocando diferentes texturas o temperaturas, etc. siempre centrándose en el momento presente y dejando ir preocupaciones. Se recomienda también degustar un té o una infusión de alguna de las platas del bosque. Al empezar y al finalizar la sesión, se miden variables fisiológicas (cortisol salival, presión arterial, pulso, variabilidad de la frecuencia cardíaca, etc.) para constatar el cambio positivo que supone en la persona.
Como ya se ha comentado, el ser humano ha evolucionado en la naturaleza, por lo que nuestras funciones psicológicas y fisiológicas son el resultado de una adaptación a ésta. La sociedad industrializada y tecnificada refleja la carencia de lo natural a través del estrés y la ansiedad. Recientemente se está empezando a visibilizar el denominado “desorden por déficit de naturaleza”, que está originado por la vida en un ambiente artificial.
¿Cómo practicarlo?
- Prisas fuera: el objetivo del paseo no es hacer ejercicio físico, realmente son distancias cortas (1.5 kms) durante entre 2 y 4 horas.
- Crea una relación con la naturaleza, conecta, dedícale tiempo.
- Reorganiza tu atención: Deja atrás problemas o preocupaciones y abre tus sentidos a lo que está a tu alrededor.
- Pasear no lo es todo. Siéntate, medita o practica ejercicios de respiración o yoga, observa otras especies…
Beneficios
El gobierno japonés ha invertido cerca de 3 millones de euros a lo largo de estos años para investigar los efectos fisiológicos y psicológicos del shinrin-yoku. No sólo se utiliza el poder de los bosques para tratar dolencias, sino también como medicina preventiva.
- Reduce la hormona del estrés, el cortisol, que se asocia a patologías físicas (problemas cardíacos, diabetes, dolor de cabeza, tensión arterial, problemas de la piel, asma, artritis, etc) y patologías psicológicas (estrés, ansiedad, depresión, insomnio…).
- Fortalece el sistema inmunológico (p.ej. aumenta la concentración de células NK -Natural Killer- en sangre, un glóbulo blanco que facilita la lucha contra las infecciones y el cáncer).
- Activa la actividad del sistema nervioso parasimpático (mejora el descanso, reduce el ritmo cardíaco, incrementa la actividad intestinal, conserva la energía…).
- Disminuye la actividad del córtex prefrontal (utilizado para planificar, resolver problemas, decidir…) y se activan partes del cerebro relacionadas con la emoción, el placer, la empatía…
- Reduce emociones negativas como la ira o la frustración y aumenta emociones positivas como paz y bienestar, mejorando el estado de ánimo.
- Efecto positivo sobre el vigor y la fatiga.
- Potencia la concentración y mejora la memoria.
- Mejora la creatividad.
Muchos de estos beneficios son originados por unos aceites naturales, llamados fitoncidas, que sirven para que los árboles se defiendan contra los hongos, bacterias e insectos. Desprenden compuestos orgánicos aromáticos y volátiles (los terpenos), con múltiples propiedades curativas.
¿Cómo adaptarlo a nuestra sociedad?
EEUU, Corea del Sur, Finlandia, Holanda… Cada vez hay más países que incorporan el shinrin-yoku de diferentes maneras a nivel institucional, aumentando en popularidad.
Pero ¿qué hacer si no tenemos un bosque cerca? También es posible obtener los beneficios comentados paseando por parques urbanos -sobre todo jardines botánicos- o incluso el jardín de una casa. Podemos poner más plantas en nuestra vivienda o incluso crear un jardín vertical. Se recomienda también cambiar algunos hábitos y aprovechar tiempos de ocio para conectar con la naturaleza, por ejemplo, comer en un parque entre semana para romper con el estrés laboral o cambiar bares y restaurantes por picnics en la naturaleza los fines de semana.