Las relaciones interpersonales han ido cambiando progresivamente al incluir en la ecuación las redes sociales. Y es que es un factor extra de complejidad que es importante tener en cuenta a la hora de sociabilizar, puesto que no nos relacionamos igual de manera presencial que virtualmente. La última tendencia descrita en este sentido es el curving. Trae su nombre en referencia a las curvas, a dar vueltas y más vueltas para finalmente no llegar a ningún sitio.
Si bien el ghosting (desaparecer, ignorar repentinamente a alguien, dejando de responder mensajes o incluso bloqueando sin ninguna explicación) se hizo conocido masivamente, el curving es una tendencia similar aunque menos conocida y potencialmente más dañina por el desgaste que supone.
El curving es una forma de rechazo más o menos encubierta, que implica ignorar a una persona, pero de una forma aparentemente correcta. Por ejemplo, consiste en “dejarte en visto” (es decir, doble check azul, cuando la persona lee el mensaje pero no responde) y responder bastante tiempo después, y cuando lo hace, mostrando poco o nulo interés. Puede tener frases amables, pero a la vez vacías y con poca intención de acercamiento real. Sería lo que comúnmente entendemos por “dar una de cal y otra de arena”.
La otra persona que recibe el curving no interpreta correctamente lo que está pasando, p.ej. infiere que el otro está pasando una mala época, que necesita que le den más apoyo de lo normal, y que quiere mantener la comunicación, pero por algún motivo, no puede. Justifica sistemáticamente al otro. Esa ambigüedad en la manera de reaccionar en quien hace curving, genera un enganche en la otra parte, por lo que puede que se alargue en el tiempo la relación de una manera completamente improductiva.
Como norma general, la persona que practica el curving suele ser una persona que tiene miedo a la confrontación y por eso no puede ser clara con lo que quiere y no quiere. Puede tener problemas en su manera de apegarse con otras personas, lo que la le lleva a mantener al otro a la espera.
Si eres víctima del curving, es importante hacer un ejercicio de sinceridad contigo mismo. A nadie le gustar reconocer que la otra persona no está interesada en ti, pero este acto de aceptación te permite salir del bucle de la curva tras curva. Dejar de perder tu tiempo en si le gustas o no a la otra persona e invertirlo en si realmente es ésa la manera en la que quieres ser tratado, ayuda a resituar la situación. Buscar a alguien que realmente muestre interés en ti es también una forma de reforzar tu autoestima y continuar tu desarrollo personal.