El mindfulness es una práctica cada vez más habitual en nuestra sociedad. Consiste en poner atención de manera voluntaria y sin juzgar al momento presente. Es una forma de meditación, y lejos de buscar la profundización mental en un tema, busca experimentar, notar, sentir… es decir, es algo sensorial, no intelectual ni espiritual. Existen diferentes programas diferentes, con funciones y tiempos diferentes, aunque visto en conjunto, los principales beneficios del mindfulness son:
- Refuerza la autoestima: Aumenta nuestra perspectiva, reduce juicios y autocrítica.
- Reduce distracciones y aumenta la concentración.
- Reduce automatismos (mantiene la capacidad de apertura y captar nuevos elementos).
- Reduce la ansiedad.
- Aumenta las sensaciones positivas y el buen humor.
- Ayuda a aceptar la realidad tal y como es.
- Centra en el momento presente, regulando las emociones.
- Potencia la autoconciencia.
- Reduce el sufrimiento (sufrimiento= dolor + no aceptación).
- Atenúa la impulsividad y los hábitos compulsivos.
- Agiliza la recuperación tras una respuesta emocional aversiva.
- Genera cambios en la neuroplasticidad y mejora las defensas.
- A nivel de salud reduce: estrés, dolor crónico (especialmente en fibromialgia y cáncer), dolor agudo, depresión, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, cefaleas, artritis, fatiga crónica, problemas de la piel, alteraciones del sueño…