Estamos inmersos en una sociedad focalizada en la productividad. Estar permanentemente ocupados es sinónimo de éxito y estatus, pero ¿qué supone dar un paso al lado y no hacer absolutamente nada?
¿Qué es la técnica Niksen?
El término holandés “niksen” significa literalmente “no hacer nada”. La técnica Niksen, cada vez más conocida y practicada desde que se creó en los Países Bajos, es el arte de tener tiempo libre, creando espacios en el día de inactividad consciente, en el que el único objetivo es simplemente estar. Es una respuesta activa para contrabalancear la sobreocupación y la aceleración del mundo actual.
Nuestro cuerpo y nuestra mente se regulan creando un equilibrio entre la actividad y el descanso. Necesitamos ambos para poder sentirnos bien y mantenernos saludables. Si sobreestimulamos el sistema es cuando aparecen problemas de salud que pueden cronificarse: estrés, ansiedad, burn out (o síndrome de estar quemado). Así pues, lejos de ser una característica de los holgazanes o incluso un rasgo antisocial, el no hacer nada puede ser una forma de recargar pilas y por tanto un promotor de la salud mental y física.
Tómate una pausa, apártate de tus ocupaciones diarias y date permiso para simplemente estar ocioso, sin culpabilizarte. Dedícale tiempo y energía a estar sentado inmóvil, mirar por la ventana, o incluso pasear sin rumbo, dejando vagar la mente sin ningún tipo de pretensión.
Aunque puede resultar parecido al mindfulness, el Niksen es una técnica diferente. No se centra en el momento presente y en crear consciencia de lo que nos rodea en ese momento. El Niksen está enfocado en la recuperación mental a través del reposo, dejando que la mente busque sus propios recursos, yéndose donde necesite sin autocensura.
Las tecnologías y el consumismo serían los principales enemigos del Niksen, puesto que nos alejan de la quietud y la desconexión.
¿Qué beneficios tiene?
Paradójicamente a lo que se pueda intuir, la inactividad promueve la productividad. Veamos algunos de los principales beneficios:
- Mejora la salud física y mental al reducir el agotamiento. Mantener el cerebro permanentemente ocupado reduce la capacidad de atención, memoria y razonamiento.
- Aumenta la energía.
- Promueve la creatividad.
- Nos ayuda a relativizar situaciones y priorizar lo importante.
- Nos hace más eficientes, ya que al reducir la sobrecarga emocional y mejorar la concentración, podemos realizar más fácilmente las tareas.
- Ayuda a solucionar problemas, al ampliar nuestra perspectiva. Ganamos en recursos personales y facilita pensar de maneras alternativas.
- Mejora autoconciencia y la autoestima.
- Regula nuestro estado de ánimo, al estar más relajados.
- Conexión emocional y concentración. Al estar menos agitados, podemos disfrutar más de las actividades en general y estar más focalizados.
- Facilita la proyección hacia el futuro, ayudando a trazar objetivos y mantenernos centrados en ellos.
- Mejora el sueño. Al reducir el estrés estamos menos revolucionados y descansamos mejor.
¿Cómo practicarlo?
El verdadero potencial de la técnica Niksen se consigue cuando se hacen varias pausas cortas a lo largo del día. Es mucho más eficaz si se practica de forma breve pero frecuente que si estamos mucho rato pocas veces. Es una técnica que necesita regularidad.
Si es posible, ve ampliando progresivamente la duración, a medida que vayas sintiéndote cómodo con la técnica. Puede que al principio sientas que estás perdiendo el tiempo y eso te inquiete, seguramente te vendrán a la cabeza todas las cosas que tienes pendientes. Simplemente espera y déjate llevar, permite que tus neuronas creen nuevas conexiones y se afiancen nuevos aprendizajes.
Una de las ventajas del Niksen es que puedes ponerlo en práctica en cualquier sitio, no sólo en casa, sino también en el trabajo, en el parque, en el bus… No necesitas más que apagar todos los estímulos externos (móvil incluido) y conectar contigo mismo. Permítete soñar despierto, ir a espacios mentales seguros, recordar, proyectar… Si estás en casa, también puedes prepararte un té, darte un baño, o tirarte en el sofá. Practica el concepto neerlandés “gezelligue”, que sería el conocido equivalente danés “hygge”, que se refiere a propiciar un entorno de bienestar.
Algunos tips que pueden ayudarte:
- Busca intencionadamente tiempos para el Niksen. Sin prejuicios.
- Sal de la cultura de la ultraproductividad. Desocúpate por momentos libremente.
- Utiliza tiempos muertos para practicarlo siempre que puedas: mientras esperas en la cola del supermercado, paseando al perro…
- Conviértelo en un hábito intencionadamente. Convierte en un objetivo el no hacer nada.
- Transforma tus esquemas: No es pereza o desidia, es un entrenamiento en desconexión.
- El hábito hace al monje. Busca tiempos en tu agenda para practicar el Niksen o incluso prográmate alarmas para recordártelo cada cierto tiempo.
- Sé paciente. Aprender requiere repetición, práctica. No tires la toalla si no encuentras beneficios inmediatos.
- Crea el entorno adecuado. Adapta tus espacios habituales a facilitar la práctica, te ayudará a crear hábitos. Busca un lugar especial donde puedas sentarte cómodamente, orienta tus muebles hacia la ventana más que hacia la televisión, utiliza ropa cómoda, busca elementos facilitadores: pelotas de presión antiestrés, arena cinética, kung Fu Chio (o bolas de la salud Baoding), etc.