“Ojalá vivas todos los días de tu vida”.
Jonathan Swift
Soplar 40 velas en un pastel el día de tu cumpleaños es una vivencia que evoca emociones muy diferentes en cada persona.
¿Es el principio del fin? ¿Existe la crisis de los 40?
¿Qué es?
El psicólogo estadounidense Daniel J. Levinson fue el primero que la conceptualizó. La crisis de los 40, también llamada “crisis de la mediana edad” es aquélla que aparece cuando al bordear la cuarta década, hacemos un balance de nuestro trascurso vital. Analizamos lo que siempre hemos querido ser/tener y lo que somos/tenemos realmente y concluimos que no concuerdan. Está altamente influida por la presión social a la que estamos sometidos para cumplir ciertas expectativas sociales, p.ej. encontrar el amor de tu vida,tener hijos, éxito profesional, un físico envidiable, estar rodeado de amigos, etc. Surge ante preguntas del tipo: ¿quiero esta vida el resto de mi vida? ¿he perdido el tiempo? ¿qué no he hecho aún? Y en último término: ¿he fracasado?
Ante el miedo a esta pregunta, suelen aparecer cambios abruptos y poco sólidos en la persona (empezar a salir por las noches, hacerse una liposucción, ser infiel, comprarse un deportivo…) o fantasías con atreverse a hacer dichos cambios, por lo que algunos consideran la crisis de los cuarenta con la segunda “edad del pavo”.
Algunos factores que pueden propiciarla serían:
- Ausencia de nuevos estímulos.
- Rutina en la pareja.
- Inseguridad
- Exceso de responsabilidades.
- Aislamiento
Respecto a la duración, puede ser muy variable según la persona, de días a incluso años, dependiendo de cómo se gestione. Una persona con habilidades de afrontamiento y resolución de problemas que ve las dificultades como oportunidades de crecimiento y además tiene una buena red social y hobbies variados, sentirá la crisis de los cuarenta poco o nada. Personas muy autoexigentes y/o con creencias muy rígidas sobre la belleza o el éxito quedarán más anclados.
¿Es universal?
Cada persona interpreta la realidad de una manera única, por lo que no existen hechos que afecten a todas las personas por igual. Básicamente existen dos tipos de crisis:
- Circunstanciales: Son aquellas que ocurren ante un cambio importante que hace que se desestructure nuestra estabilidad. P.ej. una muerte cercana, un despido laboral, una separación, etc.
- Evolutivas: Son periodos esperables de malestar psicológico debido a cambios de etapa en el ciclo vital, cambio de roles, transiciones biológicas… P.ej. adolescencia, independencia del hogar paterno, casarse, nacimiento del primer hijo, síndrome del nido vacío, jubilación, etc. La crisis de los cuarenta pertenece a este grupo.
Si bien no todas las personas tienen por qué caer en crisis ante las mismas circunstancias, no existe una vida sin crisis, son inevitables. Bien gestionadas dan lugar a crecimiento personal. Mal gestionadas dan lugar a psicopatología (depresión, ansiedad, etc), lo que indicaría la necesidad de ayuda psicoterapéutica.
Hombres y mujeres
Cumplir años afecta de manera diferente a hombres y mujeres, ya que socialmente se esperan cosas diferentes en cada sexo, tiene que ver con los roles de género. Así como las mujeres pueden preocuparse más respecto a la posibilidad de no tener hijos, también relacionada con la inminencia de la menopausia, los hombres suelen frustrarse más ante no haber cumplido sus expectativas profesionales o no tener el estatus deseado.
También estamos en una sociedad que sobrevalora la juventud, equiparándola a éxito, dinamismo, deseabilidad, etc. por lo que la pérdida de juventud se asocia a lo contrario. Esto afecta a ambos sexos, pero genera reacciones diferentes. Los hombres tienen a intentar recuperar lo que faltó en otra década, lo que a menudo da lugar a infidelidades, huida del compromiso, frustración, etc. La mujer, mayoritariamente se siente más vulnerable a nivel físico, debido a las presiones estéticas del ideal social, por lo que tiende a acusarlo más a nivel de autoestima y seguridad personal, embarcándose en operaciones estéticas o cambios de look constantes.
¿Cómo afrontarla?
- Abre posibilidades y desproblematiza: Más que una crisis, deberíamos reinterpretarlo como un cambio en la perspectiva o en la manera de interpretar la vida. Busca la manera que esto queda enriquecer tu vida.
- Busca soluciones concretas a los problemas concretos, más que poner todas tus dificultades en un saco genérico e irresoluble llamado “crisis”.
- Construye: crea nuevas metas, sin obsesionarte. Acuérdate también de valorar todo lo avanzado.
- Abandona los clichés. Cada persona tiene su forma de enfocar las cosas. No todas las personas que cumplen 40 tienen que sentir lo mismo.
- ¿Juventud divino tesoro? Refuerza tu espíritu crítico. Cada etapa de la vida tiene sus encantos. Aprende a valorarlos.
- Aprende de la experiencia.
- Deja a un lado tu impulsividad. No tomes decisiones importantes sin meditarlas.
- Mucho humor.
- Vive a tiempo presente.
- Pero sobre todo… Preocúpate por madurar más que por envejecer.