Es algo relativamente habitual hablar de la calidad del juego en niños, pero no se suele tratar tanto la cantidad,en lo que a tiempo se refiere. Recordemos que el juego no sólo es un derecho de la infancia, sino que es fundamental para afianzar un buen desarrollo. Permite al niño diferenciarse, explorar el mundo, relacionarse con iguales y aprender autonomía y autocontrol. Pero, ¿ponemos a disposición del niño el tiempo que necesita para lograr estos objetivos?
El Instituto Tecnológico de Producto Infantil y de Ocio, acaba de publicar la Guía Aiju 2019-2020, una investigación sobre el tiempo de juego en la infancia, y concluye que el 82% de los niños no juega al aire libre el tiempo recomendado y el 35% tampoco lo hace suficientemente dentro de casa.
Las recomendaciones del juego son:
- Menores de 3 años (incluyendo bebés): dos horas diarias al aire libre y dos horas y 25 minutos en el interior.
- De 4 a 6 años: Una hora y media diaria al aire libre y dos horas y 10 minutos en el interior.
- De 7 a 9 años: Una hora y cuarto diaria al aire libre y una hora y 40 minutos en el interior.
- De 10 a 12 años: Una hora diaria al aire libre y una hora en el interior.
Es importante señalar que el juego al aire libre insuficiente puede tener una repercusión psicológica en el niño, dificultando la adquisición de habilidades sociales y emocionales necesarias para su evolución. Algunos profesionales ya han llamado a los niños de esta generación “niños bunker”, ya que no tienen ni el tiempo ni el espacio adecuado para jugar en el exterior.
Algunas de las trabas para que no se consigan estos tiempos son: la tendencia mayoritaria a residir en entornos urbanos sobrecargados de tráfico, los dilatados horarios laborales de los padres y el consecuente aumento de actividades extraescolares de los niños, las actitudes sobreprotectoras de los padres, etc.