Los divorcios de personas de más de 60 años se han triplicado en la última década en nuestro país, y es una tendencia que va al alza. Los denominados “divorcios de plata”, haciendo referencia a las canas que peinan sus protagonistas, son un nuevo fenómeno demográfico que se está afianzando cada vez más en nuestro contexto sociocultural y que ha venido a quedarse.
Dar un giro en la trayectoria vital y reinventarse es una posibilidad a cualquier edad.
¿Qué está cambiando?
Las personas que hoy tienen más de 60 años en nuestro país no tienen nada que ver con las personas de más de 60 de hace una o dos décadas. Los cambios sociales, culturales, demográficos y económicos han propiciado que este sector poblacional tenga un nivel intelectual, unas creencias y unos valores muy diferentes. Por otro lado, son quienes vivieron su juventud en los años 70 y 80, con la revolución que esto supuso a tantos niveles. Ya no son sexagenarios, septuagenarios, octogenarios, sino sesentañeros, setentañeros, ochentañeros.
Al llegar a la jubilación, la pareja se reencuentra de otra manera. Aumentan las horas juntos, cambian las rutinas, se pierden roles vitales… y hay que reorganizar formas nuevas de vida. Lo mismo ocurre debido al “nido vacío”. Nos quejamos cuando los hijos se van tarde de casa, pero cuando se van, nos quedamos frente a frente con nuestra pareja. Si la relación no es sólida o no hay un proyecto auténtico en común, es fácil que se quiebre.
Factores que facilitan esta tendencia
- Aumento en la esperanza de vida. Al aumentar la longevidad y la calidad de vida también se amplían las expectativas de lo que uno tiene derecho a desear. ¿Quiero que mis próximos 20-30 años sean así o me quiero atrever a hacer un cambio?
- Nivel de actividad. La mayoría de personas de 60, 70 e incluso 80 años, lleva una vida activa, practica deporte o actividades diversas, viaja cuando puede, se relaciona con otras personas… Se es más consciente de la necesidad del autocuidado, de aprovechar el tiempo y de vivir el día a día.
- Descenso de la religiosidad y del control de la conducta a partir de las creencias ha producido la desestigmatización del divorcio, dejándose de ver como una lacra o algo vergonzante. Las trabas legales también se han suavizado, por lo que es más fácil dar el paso. Por otro lado, los valores familiares han dejado de verse como el único apoyo social, y se amplía a otros focos relacionales, ganando protagonismo también las amistades que uno elige.
- Aspectos prácticos. La hipoteca ya está pagada, la situación económica estabilizada, los hijos ya son mayores e independientes y hay menos responsabilidades de las que ocuparse.
- La liberación de la mujer. Muchas mujeres se rebelan ahora contra la subordinación sufrida, y dado que las circunstancias actuales posibilitan más apertura en comparación con atrás, se buscan nuevas formas de realización personal y nuevos modelos de relación de pareja.
- Vida sexual. Fármacos como la viagra o facilitadores que reducen los síntomas de la menopausia han hecho que se alargue la vida sexual de las personas. Si hay diferencias de criterio en los miembros de la pareja, puede ser un factor que cree distancia.
- Los medios de comunicación. Bill Gates (65), Mario Vargas Llosa (81), Felipe González (75), Morgan Freeman (80), Susan Sarandon (70)… Referentes mediáticos que facilitan la normalización e influyen como motivadores a nivel individual: “¿y por qué yo no?”.
- Aprendizaje vital. El haber vivido diversas situaciones y experiencias ha facilitado el aprendizaje de estrategias de afrontamiento personales que permiten una mejor gestión emocional.
- La crisis sanitaria. Otra de las repercusiones que ha tenido en la pandemia también se ha trasladado a este sector de la pirámide poblacional, disparando los divorcios en el último año.
¿Qué puede facilitar?
Si bien todas las rupturas (incluso las deseadas bidireccionalmente) son un duelo por un proyecto roto y necesitan un reajuste emocional, existen algunas variables que pueden facilitar que este tránsito se desarrolle de manera saludable.
- La empatía dentro de la relación. Cuanto mayor sea el respeto y la colaboración entre los miembros de la pareja, más fácil se resituarán posteriormente.
- Entorno social. Si la pareja dispone de apoyo social será más fácil que puedan reemprender saludablemente la nueva vida. De la misma manera, que existan límites claros y que nos hijos o nietos no invadan la privacidad de la pareja intentado influir o interceder, también es muy importante para evitar sufrimiento familiar.
- La personalidad de los miembros.
- La ilusión y las ganas por empezar una nueva forma a de vida.
- La madurez emocional y los recursos psicológicos.
El post-divorcio
El divorcio implica re-aprender a vivir de una manera diferente. Si bien los trámites en esta etapa del ciclo vital suele ser más amigable que en etapas previas, existen diferencias en el enfoque posterior entre mujeres y hombres. Si bien ellas prefieren un modelo de vida más centrado en la autorrealización y en la serenidad (por muy activa que sea), ellos suelen volver a casarse más habitualmente.