Si no lees no pasa nada. Si lees pasa mucho. Así se refirió Gandhi al placer de la lectura, un hábito que nos enriquece a nivel mental y ayuda a optimizar nuestras facultades.
Ediciones a papel, e-book, audiolibros, novelas gráficas… hay formatos para todos los gustos. La lectura evoluciona y se adapta a las necesidades de cada persona. ¿En qué puede beneficiarnos?
Pongamos cifras
El número de lectores en España aumenta cada año. Según el Barómetro de Hábitos de Lectura de la FGEE del 2020, el 68.7% de la población lee libros, lo que supone un aumento del 1.8% respecto al año anterior. El lector tipo lee una media de 11 libros al año.
Entre quienes leen, el perfil más frecuente es mujer, universitaria, residente en área urbana, con 55 años o más. Madrid es la comunidad que está en cabeza respecto a número de lectores.
Beneficios
- Divierte. Este es sin duda el motivo fundamental por el que leer y a la vez, uno de los beneficios principales. Cuanto más se lee, más puede llegar a disfrutarse. Es un placer asequible a todos los bolsillos y no tiene edad.
- Estimula las capacidades cognitivas: Aumenta nuestra capacidad de concentración, memoria y atención. Disminuye el riesgo a padecer Alzheimer u otras demencias y estimula la inteligencia.
- Reduce el estrés. Evadirnos de las preocupaciones del día a día nos permite descansar y oxigenarnos. Se abre un “mundo paralelo” donde podemos tener otras vivencias diferentes y donde podemos relajarnos, ayudándonos a mejorar nuestro estado de ánimo. Al relajarnos también se estimula el sueño, reduciéndose el insomnio. La lectura puede considerarse un hábito de autocuidado, que mejora nuestra salud mental y física.
- Mejora el conocimiento y la cultura general, es una ventana al mundo. A través de la ficción también se aprenden datos de múltiples disciplinas, p.ej, geografía, culturas y religiones diferentes, filosofía, datos sobre temáticas específicas, etc.
- Fomenta la imaginación: Cuando leemos, vemos en imágenes las diferentes escenas e incluso las vivimos en primera persona, sintiendo emociones muy variadas. Este enriquecimiento emocional aumenta nuestra creatividad a la hora de manejar situaciones en el mundo real. Por otro lado, a diferencia del cine o el teatro, en la lectura imaginamos a nuestro gusto los personajes y lugares donde se ambienta, según nuestras experiencias previas o nuestros deseos.
- Aumenta la empatía e inteligencia emocional: La lectura ayuda a entender y conectar con diferentes personajes y diferentes perspectivas. Ponernos en el lugar del personaje, por muy opuesto que pueda ser a nosotros mismos, nos ayuda a tener una mejor “teoría de la mente”, es decir aumenta nuestra capacidad de entender que los sentimientos, creencias, pensamientos o deseos de los demás son diferentes de los nuestros, lo que a su vez amplía nuestro sistema de valores y nos ayuda a conectar mejor con las personas en el día a día.
- Mejora las capacidades comunicativas: No sólo mejora nuestro vocabulario y nuestra ortografía, sino que también optimiza nuestra capacidad de oratoria, ya que permite desenvolvernos mejor verbalmente.
- Estimula nuestro sentido crítico. Permite entender el conflicto desde ángulos diferentes, lo que nos ayuda a enriquecer nuestro pensamiento y posicionamientos ante los dilemas de la cotidianeidad. Los personajes también pueden entenderse como maestros dentro de las diferentes tramas: cómo piensan, qué consecuencias tienen sus decisiones, cuál es su sistema ético, etc. lo que nos puede ayudar a cambiar de opinión en ciertos aspectos y abrirnos a nuevas interpretaciones de la realidad.
- Aumenta la autonomía personal. Saber disfrutar estando en soledad es fundamental para sentirse una persona libre. Un libro también puede ser una buena compañía.
¿Cómo hacer de la lectura un hábito?
- Encuentra cada día un pequeño espacio para leer, 10-15 minutos puede ser suficiente para empezar a instaurar el hábito. Recuerda que somos “animales de costumbres”. Puedes ir aumentando el tiempo de lectura a medida que se vaya afianzando el disfrute.
- Cambia tus creencias: no lo veas como algo costoso o aburrido sino como un placer. Plantea cada libro como un logro.
- Crea el ambiente propicio. Busca un sitio tranquilo, con buena luz, un buen té y aléjate de las interrupciones. Busca el momento y recréate.
- Si no te gusta lo que lees, no te obligues, abandónalo y selecciona otra lectura. Hay libros para absolutamente todos los gustos.
- Crea posibilidades: Lleva un libro allá donde vayas, cámbialo por el teléfono es esos pequeños momentos del día en blanco.
- Entra en foros, páginas web literarias, blogs, feeds literarios en redes sociales… pero también apúntate a un club de lectura, ve a presentaciones de libros o ferias literarias, etc.
- ¿Biblioterapia? Es una disciplina incipiente que nos ayuda a afrontar las dificultades de la vida. Un libro también puede tener una función muy terapéutica.