Esperar cosas de nosotros mismos e intentar conseguirlas es un impulso interno productivo que nos ayuda a conseguir objetivos y mejorar nuestras vidas. Nos focaliza en la excelencia. Sin embargo, cuando ese “esperar o pedirnos cosas” se transforma en “exigirnos cosas”, entonces estamos incluyendo un componente imperativo o tiránico hacia nuestra persona, transformando la excelencia en perfeccionismo, y todos sabemos que la perfección no existe. Buscar la perfección es un objetivo abocado al fracaso de antemano.
Uno de los grandes errores que cometemos habitualmente las personas es tratarnos a nosotros mismos de forma diferente a como tratamos a los demás. Si anotáramos en un papel las consignas mentales que nos decimos día tras día y nos imagináramos diciéndoselas a otras personas nos horrorizaríamos: “eres idiota”, “nunca vas a hacer nada bien”, “no vales para nada”…
La Programación Neurolingüística (PNL) utiliza una técnica muy interesante para poner a raya esa parte crítica de nosotros mismos, “la estrategia de Walt Disney”. A la hora de hacer una película, Disney adoptaba 3 roles diferentes, y combinarlos era lo que le hacía despuntar y ser un referente en su trabajo:
- El soñador: Imagina lo que te gustaría conseguir, ¿qué deseas? Fantasea sin restricciones. Esta es tu parte creativa.
- El realista: Llévalo a la realidad, ¿cómo lo harías? Esta parte diseña y ejecuta el plan de acción. Esta es tu parte pragmática.
- El crítico. Es la parte que toma distancia y detecta lo que no funciona, percibe lo que ni el crítico ni el realista han percibido y hace una aportación constructiva que ayuda a cuadrar el proyecto.
Se trata de poner a dialogar estas tres partes internas sin que el crítico tome el protagonismo ni se pase de frenada en su aportaciones.
Por tanto:
- Transforma tu perfeccionismo en excelencia: ¿qué cosas son posibles conseguir y significan un avance en tu vida? Crea un plan para lograrlas.
- Cuida tu lenguaje interno. Aprende a ser educado, comprensivo y compasivo, sin abandonar tus objetivos.
- Pasa a la acción: Transforma la culpabilidad en responsabilidad contigo mismo. Es a partir de acciones concretas que obtenemos resultados.
- Pon a dialogar tus 3 partes internas.