La terapia de sesión única (TSU) es un modelo de terapia ultrabreve ideado con el objetivo de contrarrestar la creencia de que el cambio terapéutico sólo es posible con intervenciones largas y complicadas. La premisa básica es que en una sola sesión es posible generar una trasformación en la persona, independientemente de la gravedad del problema.
La terapia consiste fundamentalmente en estudiar el problema motivo de consulta y crear un plan de acción basado en metas a conseguir, de forma que el paciente, una vez finalizada la sesión, tenga líneas concretas de intervención en su problema.
Algunos de los supuestos de los que parte este modelo de terapia son:
- Los mayores éxitos terapéuticos se obtienen en un periodo de tiempo breve, y el ritmo de cambio decrece a medida que aumenta el número de sesiones de terapia.
- Poner un foco concreto en el problema y la solución acortan el proceso terapéutico y lo hacen más eficaz.
- Un cambio en una parte del sistema psicológico genera un cambio en el resto de elementos del sistema.
- Las personas tienen los recursos suficientes para solucionar sus problemas, se trata de ponerlos en funcionamiento.
- La forma en la que enfocamos los problemas puede llevarnos a transformarlos y solucionarlos, o enquistarlos y mantenerlos en el tiempo.
La TSU es un proceso definido y está compuesto de las siguientes etapas:
- Etapa 0: Pre-sesión o primer contacto. Se explica en qué consiste el modelo, se recogen los datos básicos de la consulta, las expectativas terapéuticas y se cumplimenta el formulario de consentimiento.
- Etapa 1. La entrevista. Está compuesta por tres partes:
- Planteamiento del problema: Lista de preocupaciones o quejas, jerarquizar según el grado de importancia, operativizar el problema (concretarlo al máximo para poder intervenir en él: ¿qué? ¿cómo? ¿cuándo? ¿por qué? ¿para qué? ¿con quién? ¿dónde?).
- Definición de las soluciones intentadas previamente y los recursos personales del paciente.
- Definir una meta. Se trata de establecer los objetivos terapéuticos, que deben ser relevantes, específicos, alcanzables, medibles, acotados en el tiempo y contextualizados en la realidad de la persona. Se establecen también indicadores para poder evaluar cuándo se han conseguido los objetivos.
- Etapa 2: Pausa. Se hace una pausa de media hora aproximadamente para analizar de manera lo más concreta posible los datos extraídos en la entrevista y preparar la devolución que se le dará al paciente.
- Etapa 3: Devolución. Se elogian los puntos fuertes del paciente, se reencuadra el problema (redefinición, cambiar el marco de referencia) y se establecen las tareas o ejercicios a poner en práctica para transformar el problema.
- Etapa 4: Evaluación de la sesión. Valorar la intervención y la utilidad, así como el nivel de malestar del paciente una vez se ha llegado a este punto. Recalibrar aspectos que no sean aplicables.
- Etapa 5: Seguimiento. Se realiza una llamada telefónica tres meses después de la TSU, otra a los seis y otra a los doce. Se explora en qué medida ayudó la sesión, los aprendizajes obtenidos y los cambios a los que dio lugar.