Cuidar la salud mental es de un acto de consciencia: ¿Qué creo que hay de mí que no funciona como querría? ¿En qué me gustaría cambiar o mejorar? ¿He conseguido autogestionarme en la vida para llegar donde quiero?… Y es que sin preguntas no hay respuestas, pero ¿nuestras preguntas y nuestras respuestas, nos atañen exclusivamente a nosotros o nosotras mismas?
Según la teoría polivagal de Stephen W. Porges, nuestro cuerpo está diseñado para vincularse. El nervio vago nos ayuda a calmarnos y a sentirnos en equilibrio cuando estamos en contacto auténtico con los demás. No es sólo una metáfora: nuestro cuerpo está diseñado para conectar y sabemos que esta conexión con los demás regula nuestro sistema nervioso y nos ayuda a sentir seguridad.
Así pues, el bienestar psicológico no únicamente se crea a partir del trabajo individual, sino que también tiene que ver con tejer una red interpersonal. No somos seres aislados; crecemos y nos desarrollamos gracias (y/o a pesar de) otras personas: Somos archipiélagos, no islas.
Con esta base, nace la idea de crear un Banco de Tiempo entre pacientes de esta consulta. Un espacio de intercambio, donde cada persona pueda ofrecer lo que sabe hacer —su tiempo, sus competencias, su apoyo— y, a la vez, recibir lo que necesita de otros. Un espacio alternativo de conexión entre personas. Un lugar para dar y recibir de manera altruista, para compartir lo que sabes y disfrutar de lo que otras personas pueden ofrecerte. El dinero no es la moneda de cambio, se retribuye acción con acción. Puedes dar a una persona y recibir de otra. Puedes disfrutar del valor de dar sin recibir o recibir sin dar o puedes recibir y dar. Todas las opciones son bienvenidas siempre que las intenciones sean legítimas y auténticas.



