La alexitimia es un desorden neurológico en el que la persona es incapaz de reconocer y poner nombre a sus propias emociones. Según Sociedad Española de Neurología, alrededor del 10% de la población la padece, presentándose, más frecuentemente en varones.
Las emociones influyen en los procesos cognitivos como la atención, la memoria y el razonamiento, por lo que la incapacidad para detectarlas no sólo nos hace ir a ciegas a nivel afectivo, sino que también altera otra capacidades como la toma de decisiones o la creación y mantenimiento de vínculos sociales. Algunos signos que la caracterizan son:
- Dificultad para describir estados internos y diferenciarlos entre sí.
- Postura rígida e inexpresiva. Estilo comunicativo monótono y serio.
- Tendencia a la racionalización y a la practicidad. Centrados en lo concreto.
- Falta de empatía.
- Incapacidad para la fantasía o la introspección.
- Conformismo y apego a las reglas, puesto que son éstas las que generan un orden interno y una comprensión de la realidad.
Según las causas que la originan, la alexitimia puede ser:
- Alexitimia primaria: Cuando se debe a factores biológicos. Puede estar provocada por una lesión cerebral o una deficiencia neurológica: problemas de comunicación entre el sistema límbico y neocórtex o en la interconexión de los dos hemisferios cerebrales. También puede deberse a factores hereditarios o puede darse como consecuencia de alguna enfermedad neurológica (párkinson, esclerosis múltiple…). También puede ser la causa de ictus, traumatismos o tumores cerebrales.
- Alexitimia secundaria: Es aquella que se produce por problemas en el aprendizaje emocional debido a la vivencia de situaciones traumáticas. La alexitimia funcionaría aquí como mecanismo defensivo, puesto que boquea o entumece emociones negativas, pero también recuerdos dolorosos asociados a traumas o conflictos. Es una especie de anestesia emocional.
La alexitimia aparece frecuentemente en trastornos psicosomáticos, adicciones, trastornos alimentarios, trastorno por estrés postraumático y psicopatías.
Por lo que respecta al tratamiento es fundamental que la persona entienda y sea consciente del problema para poder cambiar. El entrenamiento en inteligencia emocional y en habilidades sociales será fundamental para su evolución.